El Mallorca también asalta Vallecas

El Rayo volvió a demostrar que en Vallecas se siente un extraño en vez de en casa. Tras marcarse una primera parte bastante potable, entregó la cuchara (ya van cinco derrotas en nueve encuentros) en una jugada a balón parado que lanzó Chori Castro y cabeceó Ramis en una de las escasas acciones ofensivas de un Mallorca que sacó provecho de los problemas deportivos y extradeportivos del plantel de Sandoval. El equipo franjirrojo no se sobrepuso a los incendios que sacudieron al vestuario a lo largo de la semana, en especial al traspaso de uno de sus centrales titulares, Jordi, al Brujas,...

El Rayo volvió a demostrar que en Vallecas se siente un extraño en vez de en casa. Tras marcarse una primera parte bastante potable, entregó la cuchara (ya van cinco derrotas en nueve encuentros) en una jugada a balón parado que lanzó Chori Castro y cabeceó Ramis en una de las escasas acciones ofensivas de un Mallorca que sacó provecho de los problemas deportivos y extradeportivos del plantel de Sandoval. El equipo franjirrojo no se sobrepuso a los incendios que sacudieron al vestuario a lo largo de la semana, en especial al traspaso de uno de sus centrales titulares, Jordi, al Brujas, así como al positivo de Botelho en un control de alcoholemia.

El cuadro de Sandoval llegó más, pero sin puntería ni premio, como comprobó Piti tras controlar el cuero con el pecho y un precioso recorte hacia dentro. En su camino se interpuso Aouate, que salvó el gol con los pies. El portero sostuvo a los de Joaquín Caparrós y se erigió en un obstáculo insalvable también para Trashorras y Michu. Otro centro de Casado se envenenó y terminó en la cruceta.

El Rayo apretaba, pero no mordía, mientras el Mallorca aguantaba a la espera de un golpe de estrategia. Anulado en el primer tiempo por Javi Fuego, uno de los mayores especialistas en birlar el balón, el Mallorca salió más enchufado tras el descanso. Una falta lateral terminó por decidir la contienda, en una acción bien ejecutada por Chori Castro y finalizada de rechupete por Ramis, cuyo cabezazo entró como un obús tras tocar en el larguero. Dani no pudo hacer nada.

El gol hundió por completo al Rayo. El Mallorca manejó a su gusto el tramo final sin ningún susto de consideración y hasta pudo dar la puntilla. Al igual que Alfaro, Víctor tuvo el segundo gol, pero no atinó con la portería. En la otra, Michu peinó la pelota directamente a los guantes de Aouate y confirmó los fantasmas que abruman al Rayo cuando le toca jugar en su campo.