Sevilla se fractura pese a pactar una lista de consenso

Se intuía, pero no se sabía. A falta de conocer hoy los datos de Málaga, el PSOE de Andalucía acudirá partido en dos al 38º congreso federal, que se celebrará en Sevilla en febrero. Ni voz única ni todos unidos, como pretendía su secretario general, José Antonio Griñán, que encabezará finalmente la lista de delegados por Sevilla y que tendrá menos influencia de la que pretendía a la hora de decidir si Alfredo Pérez Rubalcaba o Carme Chacón serán el próximo líder del PSOE. Portavoces de los dos aspirantes en Andalucía dicen tener una ligera ventaja el uno sobre el otro.

La agrupación de ...

Se intuía, pero no se sabía. A falta de conocer hoy los datos de Málaga, el PSOE de Andalucía acudirá partido en dos al 38º congreso federal, que se celebrará en Sevilla en febrero. Ni voz única ni todos unidos, como pretendía su secretario general, José Antonio Griñán, que encabezará finalmente la lista de delegados por Sevilla y que tendrá menos influencia de la que pretendía a la hora de decidir si Alfredo Pérez Rubalcaba o Carme Chacón serán el próximo líder del PSOE. Portavoces de los dos aspirantes en Andalucía dicen tener una ligera ventaja el uno sobre el otro.

La agrupación de Sevilla es el pulmón del PSOE andaluz. No es solo la más numerosa y la que aporta más delegados (55 de 234), sino la única provincia en la que el partido aún aguanta en las urnas el vendaval del PP. A dos meses para las elecciones autonómicas, Sevilla se ha fracturado por la mitad y la mayoría de la ejecutiva, que apoyaba al secretario provincial, José Antonio Viera (favorable a Rubalcaba), se ha descompuesto. Tras duras, tensas y largas negociaciones, los socialistas sevillanos respaldaron con el 90,8% de los votos una lista de consenso, que no deja de ser una lista de conveniencia y de pura apariencia de unidad. El debate no era solo si Chacón o Rubalcaba, sino también el control futuro de la agrupación.

El hecho de que el candidato socialista a la presidencia de la Junta la encabece es lo que evitó que los dos sectores enfrentados -los pocos partidarios de Viera más los siempre activos críticos del PSOE, por un lado; y los seguidores de la número dos de Griñán en la ejecutiva regional, Susana Díaz (a la que se supone preferencia por Chacón), por otro- midieran sus fuerzas en las urnas instaladas en el congreso. Griñán no podía aparecer liderando un cacho del partido, por muy grande que fuera. Le habría dejado a su rival, Javier Arenas (PP), el discurso hecho de que no manda ni en su casa. Aunque, formalmente, ni Viera ni Díaz quisieron hablar de cómo se reparten los apoyos en la lista de consenso, sí lo hicieron sus partidarios. Y ambos coincidieron en que Chacón salía mejor parada: los de Díaz dijeron contar con el 62% (34 delegados favorables a Chacón y 21 a Rubalcaba); los de Viera se atribuyen el 55% (30 a la exministra, 25 al exvicepresidente).

En el congreso hubo momentos muy tensos, con acusaciones de sectarismo. En el debate de la gestión de los órganos federales (aprobada por el 81%), el presidente provincial y de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, instó a demostrar quién estaba con Griñán y reprochó al alcalde de Dos Hermanas, Francisco Toscano, que le hubiera acusado de dirigir la Diputación "como si fuera un cortijo". "No tienes vergüenza", le respondió Toscano. Se produjeron hasta abucheos. Y tras el congreso, todos al Betis-Sevilla.