Fernando Villalonga, nuevo concejal de las Artes de Madrid

La nueva alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha sorprendido con el nombramiento del valenciano Fernando Villalonga como nuevo concejal de las Artes. El primer consejero de Educación y Cultura en el Consell presidido por Eduardo Zaplana no tiene acta de concejal (como tampoco la tenía su antecesora, Alicia Moreno, hija de Nuria Espert), pero en virtud de la Ley de Capitalidad se permite un 30% de independientes en la Junta local.

Las artes serán las competencias de Villalonga. En plural, como corresponde a la personalidad poliédrica de este concejal de 51 años, que abandona su consulado de...

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La nueva alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha sorprendido con el nombramiento del valenciano Fernando Villalonga como nuevo concejal de las Artes. El primer consejero de Educación y Cultura en el Consell presidido por Eduardo Zaplana no tiene acta de concejal (como tampoco la tenía su antecesora, Alicia Moreno, hija de Nuria Espert), pero en virtud de la Ley de Capitalidad se permite un 30% de independientes en la Junta local.

Las artes serán las competencias de Villalonga. En plural, como corresponde a la personalidad poliédrica de este concejal de 51 años, que abandona su consulado de Nueva York para pisar las calles de Madrid. Porque si hay un rasgo que distingue a este valenciano culto y dialogante, que pasó de la juvenil transgresión contra el conservadurismo casposo de las fallas a ejercer de secretario de Estado de Cooperación y para Iberoamérica con José María Aznar, es su capacidad para reinventarse. Sin quitarse el traje de liberal, como se dice de este diplomático de carrera.

Botella recupera para la política al primer consejero de Educación del PP

Dirigía el Instituto de Cooperación de Buenos Aires hasta la llamada de Zaplana en 1995. Tuvo que empastar su nacionalismo de corte catalanista con las partituras más localistas de su partido, el PP, sin renunciar a nada. La sinfonía duró poco: fue tan polémica como desafinada para su perfil liberal.

Acudieron al rescate su amigo Aznar y su primo Juan Villalonga. Presidió la Fundación Telefónica y luego dirigió el estudio de Calatrava en Valencia antes de reingresar a la diplomacia en 2008. No perdió los lazos. Desde Manhattan participó en el movimiento vecinal de Valencia contra los "poderosos" que pretendían derribar los muros del protegido jardín neoclásico de Monforte, antigua propiedad de su arraigada familia. Villalonga criticó públicamente a Santiago Grisolía como promotor de la iniciativa y al Ayuntamiento. Ahora vuelve a la política, pero en Madrid.

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