Se busca nuevo perfil de Sevilla

Todo es empezar. Y eso es lo que hizo ayer Antonio López, el pintor realista más respetado de España, quien ha decidido cambiar los paisajes madrileños por la ciudad de Sevilla. El artista inició su particular peregrinaje para encontrar una atalaya desde dónde pueda divisar "la Sevilla actual". La primera parada fue en el piso 11 de la Torre 3 de Torneo Parque Empresarial, adónde llegó acompañado por el alcalde de la ciudad, José Ignacio Zoido.

El Ayuntamiento no le ha encargado el óleo a Antonio López (Tomelloso, Ciudad Real, 1936) pero sí le ha invitado a dirigir un taller para jóvene...

Todo es empezar. Y eso es lo que hizo ayer Antonio López, el pintor realista más respetado de España, quien ha decidido cambiar los paisajes madrileños por la ciudad de Sevilla. El artista inició su particular peregrinaje para encontrar una atalaya desde dónde pueda divisar "la Sevilla actual". La primera parada fue en el piso 11 de la Torre 3 de Torneo Parque Empresarial, adónde llegó acompañado por el alcalde de la ciudad, José Ignacio Zoido.

El Ayuntamiento no le ha encargado el óleo a Antonio López (Tomelloso, Ciudad Real, 1936) pero sí le ha invitado a dirigir un taller para jóvenes creadores que impartirá en mayo y, además, prepara una antológica en la que se mostrarán, juntas por primera vez, sus pinturas y esculturas, y las de su mujer, María Moreno.

El pintor realista baraja también un paisaje en el que se vea el Guadalquivir

La Sevilla a la que se asomó ayer Antonio López era, en un primer término, la del asentamiento chabolista de El Vacie, al que amortiguaba una masa verde de cipreses del cementerio de San Fernando y, a lo lejos, aparecían dos de los hitos de la ciudad: la Giralda y el puente del Alamillo.

"Lo que yo quiero hacer es un homenaje a la ciudad de verdad. No hay que tener miedo a nada, si aparece lo más duro, pues estará bien. Me gustaría mostrar cómo es la Sevilla que yo tanto quiero y que ha ido surgiendo durante estos años, la que abraza a la Sevilla histórica", explicó el artista, para quien 2011 ha sido un gran año con la exposición que ha presentado en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid y también en el Bellas Artes de Bilbao.

A Antonio López, conocido por la minuciosidad y lentitud de su trabajo, le gustó el perfil de la ciudad desde el norte, pero también quiso visitar ayer el hotel Abades de Triana y el puente del V Centenario, donde ya estuvo en 1992 invitado por el ingeniero que lo proyectó, su amigo José Antonio Fernández Ordónez y acompañado por Eduardo Chillida. El río Guadalquivir, "imprescindible en el paisaje de la ciudad", está también en su hoja de ruta. El precedente es un retrato del Rey encargo de la Real Maestranza de Caballería, en el que aún está trabajando, en cuyo fondo se verá la Sevilla histórica.

"Por Sevilla tengo un amor enorme porque es la cuna de Velázquez y eso tiene un gran significado para mí, pero como vivo en Madrid pues es la ciudad que siempre he pintado, además de la mía: Tomelloso", aclaró el artista, quien adelantó que el retrato de la familia real española, en el que lleva trabajando 14 años de forma intermitente, estará listo el próximo junio para la festividad de San Juan, un buen regalo para el Rey en su onomástica.

"Si viviera aquí ya sabría el lugar desde dónde quiero pintar, pero la Sevilla de la periferia la conozco muy poco. Elegir el lugar es un trámite muy importante, después tendré que verlo con la luz y los colores de las diferentes estaciones. En principio no creo que sea la luz del amanecer ni la del atardecer, sino la del mediodía", aclaró el pintor, quien hizo referencia a su famosa obra Madrid desde la torre de bomberos de Vallecas, un óleo de 250 x 406 centímetros que ha realizado entre 1997 y 2006, para explicar el enfoque que dará a su primer paisaje de Sevilla.

"Lo veo como con una anchura de dos metros y trabajaré todo lo que pueda del natural, aunque también tendré que acudir a la fotografía, aunque es una ayuda que va en contra de cierta verdad...", mascullaba el pintor, quien entornaba los ojos como si ya tuviera el pincel en la mano.