El cura 'kiko' de Lugo renuncia por el rechazo vecinal

La parroquia del Sagrado Corazón exige un sacerdote "de la Iglesia plural"

Salieron en procesión por las calles de Lugo, pertrechados con pancartas de rechazo "a kikos y Roucos", exigieron varias veces al obispo el regreso de sus dos curas, apartados de la parroquia por la llegada de un miembro del ultraconservador Camino Neocatecumenal y, ya abandonada la lucha "pública" para proteger la salud de uno los dos sacerdotes, de 96 años, dejaron de ir a misa. Pero al final, después de meses de confrontación, los vecinos del Sagrado Corazón de Lugo se han salido con la suya. El sacerdote brasileño al que el pasado verano el Obispado encargó las misas de la parroquia...

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Salieron en procesión por las calles de Lugo, pertrechados con pancartas de rechazo "a kikos y Roucos", exigieron varias veces al obispo el regreso de sus dos curas, apartados de la parroquia por la llegada de un miembro del ultraconservador Camino Neocatecumenal y, ya abandonada la lucha "pública" para proteger la salud de uno los dos sacerdotes, de 96 años, dejaron de ir a misa. Pero al final, después de meses de confrontación, los vecinos del Sagrado Corazón de Lugo se han salido con la suya. El sacerdote brasileño al que el pasado verano el Obispado encargó las misas de la parroquia no seguirá en el barrio. El domingo no ofició misa; ese mismo día, los fieles recibieron un comunicado del Obispado en el que este les comunicaba que el nuevo cura, de origen brasileño, pedía el traslado. "Debido a las expresiones constantes de rechazo y desprecio sufridas en la parroquia, manifestó su incomodidad y a la vez el deseo de servir a la Iglesia en cualquier otro lugar donde pueda ser útil", recoge el escrito.

El nuevo párroco será trasladado a otro lugar "donde pueda ser útil"
El Obispado critica las "injerencias políticas" que "coartan" su libertad

Los dos curas del barrio, Guillermo Méndez y Miguel Fernández Villarino, seguirán en la parroquia, tal y como querían sus dolidos feligreses. Además, la Diócesis enviará otro sacerdote para ayudar a los dos que ya tiene la parroquia. Los dos sacerdotes por los que el Sagrado Corazón dejó de ir a misa llevan 46 y 11 años oficiando en el barrio.

La noticia de que don Guillermo y don Miguel iban a ser desplazados de la parroquia por un cura desconocido que además abrazaba los rígidos preceptos del Camino Neocatecumenal -entre ellos, la condena sin ambages al aborto, la eutanasia o el matrimonio entre homosexuales- vació la iglesia de católicos practicantes, al menos los que llevaban décadas oyendo misa en el Sagrado Corazón. "[Los kikos] sustituyen a gente muy querida en la feligresía para ir colándose en Lugo", decía José Manuel Carballo a principios de septiembre, poco tiempo después de que la asociación vecinal que preside acordara asistir a misa en otras parroquias para no tener que oír la del kiko. Ahora, contento con la rectificación del Obispado, solo espera que el nuevo sacerdote que la Diócesis les ha prometido "sea una persona de la Iglesia plural, de la Iglesia libre".

Pese a que son los vecinos los que al final han resultado victoriosos, el Obispado mantiene que nunca trató el desplazar a los párrocos del barrio y que las protestas contra el cura kiko son un ataque a la institución. "No son aceptables ni hacen bien alguno a los fieles las presiones e injerencias derivadas de las diversas formas de poder político, que buscan coartar la libertad de la Iglesia. Ningún movimiento o espiritualidad puede imponerse como única posibilidad en la vida de una parroquia", sostiene el Obispado.

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La renuncia del sacerdote y el visto bueno del Obispado a su traslado llegan justo a tiempo para que la parroquia, que cumple medio siglo de existencia este año, pueda celebrar el aniversario sin la polémica de los últimos meses.

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