Nadie quiere festejar la derrota

Pocos simpatizantes del PSOE acuden a la sede del partido conscientes de que no había nada que celebrar - Los militantes: "Es más triste que el día de Almunia"

Probablemente lo único peor que perder es saberlo por anticipado, con muchos días de antelación, y con la certeza de que hagas lo que hagas, vas a perder. El ambiente ayer en la sede del PSOE, en la calle Ferraz, era precisamente ese, el de una derrota acumulada: nadie intentaba disimular ni el cansancio ni la tristeza. "Esto es peor que el día de Almunia", resumía un miembro de la campaña electoral socialista. "Nunca he visto a la gente tan triste y apagada".

Desde el principio de la tarde, ni las caras ni la logística eran las de la victoria. La calle no se cortó ni se colocó una tari...

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Probablemente lo único peor que perder es saberlo por anticipado, con muchos días de antelación, y con la certeza de que hagas lo que hagas, vas a perder. El ambiente ayer en la sede del PSOE, en la calle Ferraz, era precisamente ese, el de una derrota acumulada: nadie intentaba disimular ni el cansancio ni la tristeza. "Esto es peor que el día de Almunia", resumía un miembro de la campaña electoral socialista. "Nunca he visto a la gente tan triste y apagada".

Desde el principio de la tarde, ni las caras ni la logística eran las de la victoria. La calle no se cortó ni se colocó una tarima como en otras ocasiones, porque se sabía que no iba a hacer falta: nadie quiere festejar la derrota. La escena contrastaba con las imágenes de la calle Génova, sede del PP, que proyectaban las pantallas colocadas en el PSOE: una alfombra humana ocultaba el asfalto, agitaba banderolas azules y festejaba la victoria desde las ocho de la tarde.

Cuando Francisco, de 74 años, votante socialista, llegó a la sede de Ferraz, también a las ocho, ya sabía que no iba a ninguna fiesta. "He venido a hacer compañía, porque yo soy fiel al PSOE y creo que hay que estar a las duras y a las maduras". Esta última fue la frase más repetida de la noche.

Los pocos simpatizantes del PSOE que acudieron ayer a la sede lo hicieron precisamente conscientes de que hacían más falta que nunca porque iban a ser pocos. "Yo vengo todas las elecciones. Otros años esto estaba lleno de gente. Nunca había visto tan poca, aunque me lo temía. He venido a animar un poco", admitía Paquita, de 67 años. "El votante del PSOE es muy exigente, ¿sabe?, se enfada con facilidad, es más de castigar que el del PP, que lo perdona todo".

Había militantes enfadados: "Se han hecho las cosas muy mal, se han hecho políticas que no eran de izquierdas", se quejaba uno que acudía por primera vez a la sede del partido en una noche electoral. Y otros ya pedían cambios: "Me gustaría que apostáramos por una cara nueva, como Carme Chacón. Yo creo que ella nos puede devolver la ilusión". Otra militante, en cambio, opinaba que Rubalcaba es "el mejor" para liderar el partido. "El resultado no tiene nada que ver con él. Esto estaba ya decidido cuando él llegó".

Pasadas las diez de la noche, Rubalcaba, que había seguido el escrutinio con su mujer y Zapatero, compareció ante unos 500 simpatizantes y militantes que coreaban su nombre: "Felicito al PP por la victoria. Es preciso convocar un congreso ordinario lo antes posible".

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