Crónica:REAL SOCIEDAD 0 - ESPANYOL 0 | FÚTBOL | 13ª jornada de Liga

El Espanyol se va con hambre de Anoeta

La Real Sociedad vuelve a pagar su confusión, pero salva un punto ante un rival superior

Se fue triste y feliz la Real al vestuario, a la hora del vermú, una bebida amarga y dulce al mismo tiempo. Como el resultado. El Espanyol tenía la cara más larga porque abandonó Anoeta con la sensación de que el buen fútbol no fue recompensado. No por culpa de nadie (si acaso, de Claudio Bravo un poco), sino de sí mismo: fervorosos y magníficos futbolistas hasta la hora de la verdad, cuando se diluían entre los malos remates (Verdú, Romaric, Álvaro) o el infortunio (un disparo al poste de Cristian Gómez, recién incorporado al campo).

La Real tiene el síndrome de la desesperación y un g...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Se fue triste y feliz la Real al vestuario, a la hora del vermú, una bebida amarga y dulce al mismo tiempo. Como el resultado. El Espanyol tenía la cara más larga porque abandonó Anoeta con la sensación de que el buen fútbol no fue recompensado. No por culpa de nadie (si acaso, de Claudio Bravo un poco), sino de sí mismo: fervorosos y magníficos futbolistas hasta la hora de la verdad, cuando se diluían entre los malos remates (Verdú, Romaric, Álvaro) o el infortunio (un disparo al poste de Cristian Gómez, recién incorporado al campo).

La Real tiene el síndrome de la desesperación y un grado de confusión que empieza a ser monumental. Ayer contaba con sus dos delanteros más fornidos, los que mejor van en el juego aéreo, los que son capaces de rematar o favorecer la segunda jugada, Agirretxe y Llorente, y en ningún momento utilizó el centro desde las bandas salvo en jugadas a balón parado que los centrales del Espanyol, Rodríguez y Moreno, gobernaron con mayoría absoluta. Ni lo utilizó de salida, ni al final cuando ni el físico ni la desesperación le permitían otra cosa.

REAL SOCIEDAD 0 - ESPANYOL 0

Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez, Ansotegi, Mikel González, Cadamuro (Estrada, m. 65); Illarramendi (Aranburu, m. 72), Mariga (Rubén Pardo, m. 77); Xabi Prieto, Vela, Agirretxe; y Joseba Llorente. No utilizados: Toño; Elustondo, Griezmann e Ifrán.

Espanyol: Cristian Álvarez, Galán, Raúl Rodríguez, Héctor Moreno, Didav; Romaric, Baena; Weiss (Rui Fonte, m. 83), Verdú, Sergio García (Thievy, m. 16); y Álvaro (Cristian Gómez, m. 74). No utilizados: Casilla; Amat, Dátolo y Casal.

Árbitro: Del Cerro Grande. Amonestó a Illarramendi, Ansotegi y Joseba Llorente, así como a Didac.

23.702 espectadores en Anoeta.

Apenas tuvo la Real unos apuntes en la primera mitad, especialmente en dos remates fallidos de Agirretxe y Llorente, errados de forma inesperada. Fueron sus únicas balas mientras el Espanyol tejía y tejía al amparo de Romaric y Verdú, el primero muy retrasado hasta la segunda mitad.

La lesión rápida de Sergio García le restaba velocidad por esa banda porque su sustituto, el joven Thievy, es más potente que veloz. Pero entonces surgió un muchacho rapado, con cara de pillo, que mosqueó a toda la defensa realista, que se inventó caños imposibles, recortes de torero, con una velocidad supersónica que hizo estragos en la zaga del equipo de Montaner. Tanto y tanto hizo Weiss que fue despedido con aplausos por el público de San Sebastián cuando Pochettino le sustituyó ya en la época de los cambios tácticos. Quizás, porque le sustituyó.