ELECCIONES 2011 | Los mítines

Aznar: "¿Qué hay que negociar con ETA? Nada"

El expresidente dice que Rajoy tendrá "la peor herencia que se puede recibir"

José María Aznar rechazó ayer cualquier negociación con ETA y defendió que se siga aplicando la Ley de Partidos y el cumplimiento íntegro de las penas a los terroristas. Aznar, que durante la tregua de 1998 habló de Movimiento Nacional de Liberación Vasco y de "diálogo y generosidad", subrayó que "si ETA está derrotada, ¿qué hay que negociar con aquellos a los que se les ha derrotado? Nada". Luego, añadió que "España no va a pagar un precio a nadie, ni por matar, ni por dejar de matar". Estas palabras, con las que hacía caso omiso de las instrucciones de Rajoy de no hablar de ETA en campaña, l...

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José María Aznar rechazó ayer cualquier negociación con ETA y defendió que se siga aplicando la Ley de Partidos y el cumplimiento íntegro de las penas a los terroristas. Aznar, que durante la tregua de 1998 habló de Movimiento Nacional de Liberación Vasco y de "diálogo y generosidad", subrayó que "si ETA está derrotada, ¿qué hay que negociar con aquellos a los que se les ha derrotado? Nada". Luego, añadió que "España no va a pagar un precio a nadie, ni por matar, ni por dejar de matar". Estas palabras, con las que hacía caso omiso de las instrucciones de Rajoy de no hablar de ETA en campaña, lograron la mayor ovación del mitin que protagonizó en Las Rozas. Este municipio, gobernado con amplísima mayoría absoluta del PP, acogió el acto central de su campaña, en la que va a intervenir en ocho mítines, ninguno con Rajoy.

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Aznar estuvo precedido por la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre; el cabeza de lista al Senado por Madrid, Pío García-Escudero, y por el alcalde de Las Rozas, Ignacio Fernández Rubio, que hablaron ante un recinto lleno, pero no abarrotado, por unos 6.000 asistentes según el PP. En su discurso, Aznar comparó el legado que dejó al PSOE tras sus ocho años al frente del Gobierno -"el país económicamente más próspero no ya de la democracia sino de la historia de España"- con la "ingente tarea" que tendrá por delante Rajoy si gana el 20-N, porque va a afrontar "la peor herencia que nadie puede recibir".

El panorama que presentó fue desolador: "Un país débil y agrietado, económicamente intervenido y arruinado, menguante e irrelevante". En este punto, acusó a José Luis Rodríguez Zapatero y a Pérez Rubalcaba de dar "puñaladas" al crédito de España al proponer una moratoria de dos años en los objetivos de ajuste y al aceptar "sin rechistar" los resultados de la última cumbre de Bruselas.

El expresidente vaticinó que, pese al "daño imperdonable" causado por el PSOE, España volverá al liderazgo de la mano de Rajoy. Bromeando, aprovechó que eran "pocos" y que no había "prensa" para confesar que confía "plenamente" en el candidato del PP a la jefatura del Ejecutivo, que "va a ser un gran presidente". "Nadie tiene más ilusión que yo de ver a Rajoy" en La Moncloa, contestó a los que dicen que se arrepintió de designarle.

Antes, Esperanza Aguirre prometió que "dentro de ocho días se va a acabar la pesadilla del peor Gobierno de la democracia". C comparó la España que dejó Aznar -con "una ETA que retrocedía y con un Estado que no caía en concesiones, con un índice de paro y una prima de riesgo similares a los de Alemania, y respetada y temida en Bruselas"- con la España "del récord europeo de paro" que legan "Rubaltero y Zapataga". "Tú sí que vales, tú sí que vales", le arroparon a voces desde el público, que le interrumpió varias veces con aplausos.

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