La alianza de Damm, Cobega y Victory se hace con Cacaolat

Tras ocho meses de incertidumbre, el titular del Juzgado Mercantil número 6 de Barcelona adjudicó ayer la unidad productiva de Cacaolat a la alianza entre la cervecera Damm, la envasadora y distribuidora de Coca-Cola Cobega y la inversora Victory Turnaround, que contempla la construcción de una nueva fábrica en las instalaciones de la primera en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona).

El juez se decidió por esta oferta por encima de las de Vichy Catalán y Central Lechera Asturiana porque el desembolso de los tres socios es el mayor de los presentados: un total de 130 millones de euros par...

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Tras ocho meses de incertidumbre, el titular del Juzgado Mercantil número 6 de Barcelona adjudicó ayer la unidad productiva de Cacaolat a la alianza entre la cervecera Damm, la envasadora y distribuidora de Coca-Cola Cobega y la inversora Victory Turnaround, que contempla la construcción de una nueva fábrica en las instalaciones de la primera en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona).

El juez se decidió por esta oferta por encima de las de Vichy Catalán y Central Lechera Asturiana porque el desembolso de los tres socios es el mayor de los presentados: un total de 130 millones de euros para enjugar el pasivo de 30 millones de la marca de batidos, pagar las hipotecas pendientes, invertir 62 millones en la nueva fábrica de Santa Coloma de Gramenet y volver a poner en marcha la de Zaragoza, que hoy está parada.

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La nueva planta, sobre 55.000 metros cuadrados de terreno pegados a Barcelona, duplicará la capacidad productiva de Cacaolat en sus tiempos buenos. En 2009 la histórica marca de batidos produjo 32 millones de litros de leche, batido individual y batido familiar; la capacidad de la nueva será de 60 millones, según consta en el proyecto que ha valorado el juez y que asegura que "será la mayor planta de fabricación de batidos del sur de Europa".

La crisis, sumada a la delicada situación financiera de Nueva Rumasa, ha provocado que Cacaolat esté produciendo el 15% de su volumen normal y que muchos de los formatos hayan desaparecido de los supermercados.

El culebrón que finalizó ayer comenzó en marzo, cuando Nueva Rumasa, el conglomerado de la familia Ruiz-Mateos, declaró a varias empresas en concurso de acreedores, entre ellas Cacaolat, con un pasivo de 30 millones de euros. Los trabajadores, que siempre han priorizado el mantenimiento de los 500 puestos de trabajo, se congratularon ayer por la decisión del juez.

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