Reportaje:

¿Segunda mano? Mejor 'vintage'

El culto al diseño del pasado, aunque todavía minoritario, va ganando poco a poco adeptos entre el público valenciano

Cuando Arantxa Botella decidió poner en marcha su negocio de ropa de marca de segunda mano tuvo que romper bastantes prejuicios. "Me decían, ¿de segunda mano?, como si fuera una ropa apestada". Hoy con el nombre de El rastrillo de Arantxa da una segunda oportunidad a unas botas de Hermés que su dueño decidió desprenderse un día o un bolso de Prada que ha dejado de ser objeto de pasión. "En Valencia -comenta Arantxa- sigue habiendo un cierto tabú por la palabra segunda mano a diferencia de otras ciudades". Prefiere preservar el nombre de las clientas que han decidido deshacerse de aquellos zapa...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Cuando Arantxa Botella decidió poner en marcha su negocio de ropa de marca de segunda mano tuvo que romper bastantes prejuicios. "Me decían, ¿de segunda mano?, como si fuera una ropa apestada". Hoy con el nombre de El rastrillo de Arantxa da una segunda oportunidad a unas botas de Hermés que su dueño decidió desprenderse un día o un bolso de Prada que ha dejado de ser objeto de pasión. "En Valencia -comenta Arantxa- sigue habiendo un cierto tabú por la palabra segunda mano a diferencia de otras ciudades". Prefiere preservar el nombre de las clientas que han decidido deshacerse de aquellos zapatos Cavalli o aquel Chanel que les costó un ojo de la cara. "Te puedo asegurar que mucha de esta ropa ha pertenecido a personas y apellidos muy conocidos de esos que forman parte de la buena sociedad valenciana". Reconoce que sus prendas todavía no tienen ese pedigrí histórico que necesita el vintage para cocerse. "Pero estoy segura de que muchas de ellas con el paso del tiempo acabaran teniendo ese toque de cualidad vintage", dice Arantxa.

"Nos une una cierta locura por el objeto, porque son únicos"
"Antes la ropa de segunda mano parecía apestada"

Mucho más cercano al territorio vintage son los muebles del anticuario Vicente Serrano que desde su establecimiento Studio Vintage trabaja por el diseño del diseño XX. "Se está produciendo bastante confusión con la denominación vintage que ha acabado por convertirse en un cajón de sastre donde cabe todo y eso no es así", asegura. "Para mí el profesional que trabaja vintage está animado por una cultura del diseño, por un conocimiento y placer por ese objeto que guarda una historia, una marca, un estilo que ha forjado una tendencia o sensibilidad", añade Serrano. Le viene de familia esto del gusto por las antigüedades aunque decidió cambiar el mueble estilo Imperio por las formas depuradas del diseño nórdico. "Empecé como coleccionista de objetos de los años cuarenta y acabé haciendo de mis gustos personales, mi profesión". Reconoce que no es fácil trabajar estos contenidos en una ciudad como Valencia. "Estamos muy lejos de esa cultura vintage que encuentras en ciudades como Madrid o Barcelona, muchas veces tienes la sensación de trabajar en el desierto".

Marion de Leseleuc y Patrice Beaufond, cada uno por su cuenta, la primera desde Marsella, el segundo desde Montpellier, decidieron traerse esa pasión por el vintage tan extendida en su país hasta Valencia. "Hace un año monté la tienda La Casita de papel en Ruzafa donde trabajo tanto mueble como moda, aunque cada vez me estoy decantando más por la ropa, es más accesible que vender un tresillo de los años 60, aunque mis precios no son caros", apunta Marion. Impulsion Deco-Art es el taller donde trabaja Patrice Beaufond. "A mí me gusta decir que lo que hago es una especie de lifting con el mueble", explica. "Los que trabajamos con este tipo de cosas nos une una cierta locura por el objeto, porque para nosotros se tratan de piezas únicas, pero no de museos, sino de piezas que vuelven a estar vivas en el salón o en la habitación", agrega. "Vintage no es sólo sinónimo de diseño del pasado, es también el objeto que guarda para siempre una memoria cultural, un latido de vida", concluye.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En