Crítica:LIBROS

Roma en cuatro pasos seguido de Algunos avisos urgentes sobre decoración de interiores y coleccionismo

Es un libro pequeño, no más grande que la palma de una mano, con un título larguísimo. Una edición deliberadamente modesta. Muy alejada de lo que se suele asociar a publicaciones que abordan temas de interiorismo o de arquitectura, normalmente en formatos, en sí mismos, decorativos. El autor, Ángel González García, es uno de los historiadores y críticos de arte españoles más agudos e independientes. Su capacidad para la ironía, el sarcasmo y para prescindir de todo tipo de eufemismos a la hora de decir las cosas claras le ha valido una audiencia atenta. En esta ocasión reúne dos textos complem...

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Es un libro pequeño, no más grande que la palma de una mano, con un título larguísimo. Una edición deliberadamente modesta. Muy alejada de lo que se suele asociar a publicaciones que abordan temas de interiorismo o de arquitectura, normalmente en formatos, en sí mismos, decorativos. El autor, Ángel González García, es uno de los historiadores y críticos de arte españoles más agudos e independientes. Su capacidad para la ironía, el sarcasmo y para prescindir de todo tipo de eufemismos a la hora de decir las cosas claras le ha valido una audiencia atenta. En esta ocasión reúne dos textos complementarios. El primero fue escrito para animar a los artistas becados en la Academia de España en Roma, decepcionados -según él- por no haber ganado una beca en algún lugar más apetecible, como Berlín o Nueva York. Ángel González les ofrece, a cambio, cuatro lugares en la capital italiana de particular interés para el desarrollo de la pintura y la escultura: la Villa de Livia en Prima Porta, la Villa Farnesina, La Palazzina Borghese y la casa de Mario Praz. Los recorridos evaden todos los tópicos y señalan cualidades y secretos poco conocidos en la decoración de estas mansiones. Y no se priva de manifestar su repugnancia por la pretenciosa y vacía acumulación de objetos en la casa del célebre crítico de arte y literatura, coleccionista omnívoro de objetos decorativos. Y es precisamente el fin de ese primer ensayo el que abre las puertas del siguiente. González desarrolla las consecuencias del vicio de la bibelotización en el mundo actual. El placer de acumular pequeños adornos de todo tipo, de coleccionar, como dicen ahora para darle una pátina de mayor prestigio social. A partir de ahí va, de habitación en habitación, desgranando impresiones y datos sobre el interiorismo desde el siglo XIX relacionado con ese horror vacui que lleva a llenar todas las estancias de objetos. Un análisis desenfadado y riguroso a la vez, a la luz de la historia y de la mano de Walter Benjamin. Una pastilla de brillante sensatez.

Roma en cuatro pasos seguido de Algunos avisos urgentes sobre decoración de interiores y coleccionismo

Ángel González García

Ediciones Asimétricas. Madrid, 2011

195 páginas. 16 euros