Reportaje:

Celuloide para unir culturas

Dos directores árabes y dos occidentales debaten en el festival Amal de Santiago sobre los estereotipos que lastran la imagen internacional del mundo islámico

El festival de cine euro-árabe Amal, que se celebra durante esta semana en Santiago, tiene un objetivo mucho más ambicioso que la mera exhibición de un conjunto de películas que rara vez es posible ver en los cines comerciales o incluso conseguir en DVD. En realidad su fin último es el de acercar culturas que geográficamente están cercanas pero a las que todavía separa un abismo, pese a que teóricamente la globalización ha permitido borrar fronteras.

Lo que hace más interesantes a este tipo de eventos son jornadas como la de ayer, cuando cuatro directores de procedencia diversa accedier...

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El festival de cine euro-árabe Amal, que se celebra durante esta semana en Santiago, tiene un objetivo mucho más ambicioso que la mera exhibición de un conjunto de películas que rara vez es posible ver en los cines comerciales o incluso conseguir en DVD. En realidad su fin último es el de acercar culturas que geográficamente están cercanas pero a las que todavía separa un abismo, pese a que teóricamente la globalización ha permitido borrar fronteras.

Lo que hace más interesantes a este tipo de eventos son jornadas como la de ayer, cuando cuatro directores de procedencia diversa accedieron a charlar sobre sus películas y sobre las posibilidades que presenta el cine para transmitir una imagen de los países árabes. más allá de la que cada persona pueda formarse a través del gran volumen informativo que los medios de comunicación vierten sobre la zona, casi siempre referidos a acontecimentos negativos.

"Mucha gente me ha dicho que no parezco árabe. Eso es terrorífico"
"La gente que hizo eso a Gadafi no sabe lo que son los derechos humanos"

El estadounidense Stephen Natanson, el austríaco Andreas Horvath, el tunecino Mourad Ben Cheikh y el egipcio Hesham Issawi presentan durante estos días sus películas en el festival y se muestran sorprendidos por el interés y conocimiento que demuestra el público sobre los temas de los que hablan en sus filmes. Natanson ha dirigido junto a la italiana Giulia Amato el documental Esta es mi tierra, Hebrón, en el que árabes e israelíes explican lo que sucede en uno de los puntos más calientes de la guerra que enfrenta a ambos bandos desde hace décadas. Natanson explica que durante el rodaje se sintió "como en casa" y espera que la película contribuya a dar a conocer lo que verdaderamente sucede en Hebrón porque "la ignorancia es muy peligrosa y la gente tiene miedo de aquello que no conoce".

La temática sociopolítica también es el eje del documental Basta de miedo, en el que Mourad Ben Cheikh retrata al pueblo tunecino en los primeros días de la revolución que marcó el camino seguido más tarde por otros países árabes. El cineasta exhibe orgulloso un dedo todavía manchado de tinta, con el que demuestra que por primera vez ha podido votar en su país.

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"Es la primera ocasión en la que he podido sentirme un ciudadano con plenos derechos", indica Ben Cheikh, quien señala que los árabes han padecido durante mucho tiempo el estereotipo que los identifica con el terrorismo y resulta "muy difícil" luchar contra él por la fuerza de los medios de comunicación que contribuyen a difundirlo. "Hay mucha gente que cuando me conoce me ha dicho que no parezco árabe y eso es terrorífico porque, en realidad, hay mucha gente normal en los países árabes que acaba siendo manchada con un estereotipo que no les corresponde, por la acción de un grupo pequeño", indica el director tunecino. El último episodio se vivió la semana pasada con la captura y ejecución de Gadafi, que no contribuyo precisamente a dar una buena imagen de los procesos revolucionarios en los países árabes. "Las imágenes que han llegado de Libia no son normales, son el precio de 40 años de dictadura. En Libia no ha habido derechos humanos y la gente que ha hecho eso no sabe lo que son los derechos humanos. ¿De dónde van a sacar esa cultura si nunca la ha habido?", se pregunta Ben Cheikh.

El cambio que experimenta una feminista occidental que se convierte al islam tras enamorarse de un yemení es el argumento de Atracción árabe, la película de Andreas Horvath. El director austríaco destaca el carácter abierto del festival compostelano y apunta que en los próximos años van a llegar a Europa muchas más películas procedentes de los países árabes que van a contribuir a "cambiar los estereotipos". La suya será exhibida hoy mismo y a continuación se celebrará un debate sobre la mujer en el islam.

La pluralidad de visiones y temas es una de las riquezas del festival. Su director, Ghaleb Jaber Martínez, reflexionaba ayer que el conjunto de películas que se programa en Santiago seguramente no podría ser exhibido todavía en cualquier país árabe. A pesar del viento revolucionario , aún queda mucho por cambiar.

De izquierda a derecha, los cineastas Stephen Natanson, Hesham Issawi, Mourad Ben Cheikh y Andreas Horvath, ayer en Santiago.ANXO IGLESIAS

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