Una nueva vía para la réplica

Alonso pidió calma subiendo y bajando las manos con las palmas hacia abajo. Calma para la pausa es lo que le caracteriza como jugador y ahora, como conductor del Madrid, afronta la paradoja de regular el tráfico en el equipo más apresurado. Reclamó paciencia para no subir a presionar al Ajax y dejarle avanzar unos metros. Cosa de que se abrieran espacios. Medio minuto más tarde, ya tenía calculado el pase. Un balón largo a la banda izquierda, llovido sobre Cristiano para amortiguarlo con el empeine. El control del luso encerró el tesoro de la jugada. Un toque, dos toques, aceleración y pase ho...

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Alonso pidió calma subiendo y bajando las manos con las palmas hacia abajo. Calma para la pausa es lo que le caracteriza como jugador y ahora, como conductor del Madrid, afronta la paradoja de regular el tráfico en el equipo más apresurado. Reclamó paciencia para no subir a presionar al Ajax y dejarle avanzar unos metros. Cosa de que se abrieran espacios. Medio minuto más tarde, ya tenía calculado el pase. Un balón largo a la banda izquierda, llovido sobre Cristiano para amortiguarlo con el empeine. El control del luso encerró el tesoro de la jugada. Un toque, dos toques, aceleración y pase horizontal, paralelo a la frontal del área. Para Kaká, que colocó un tiro cruzado. Fue el 2-0. El gol tuvo naturaleza de sentencia.

Si el primer tanto consagró la capacidad de Özil para hilvanar contragolpes, el segundo restituyó al otro mediapunta, a Kaká, que a sus 29 años hace méritos para recuperar la consideración de Mourinho. Lleva más de un año sin ser titular y ha advertido que últimamente se le abre una ventana para volver a sentirse importante. Ayer hizo muchas cosas bien mientras Di María, hasta hace poco incuestionable, le miraba desde el banquillo. Es posible que el portugués se haya replanteado muchas cosas. El caso es que Kaká volvió a avanzar por el carril del ocho en la gestación del 3-0, de Benzema. Por ahí se integró en una jugada que también empezó en Alonso.

A Mou le gusta Di María por su tendencia a intentar el desborde y acabar la jugada cuanto antes. Pero, por lo visto últimamente, el contragolpe puede gestionarse con más sutileza y sin reducir la velocidad. Özil, partiendo desde la derecha, y Kaká, entrando por el medio, forman una pareja que apenas tuvo ocasión de coincidir la temporada pasada. Con un poco de rodaje pueden ofrecer una nueva vía.

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