Valverde narra en un libro la épica del Granada

Muchos aficionados al fútbol aún recuerdan aquel Granada de los años setenta que convirtió su campo de Los Cármenes en una fortaleza. La dureza de su defensa fue legendaria en Primera División. Sin embargo, luego inició una decadencia que le llevo a malvivir durante más de 30 años por Segunda B y Tercera. Tras una larga pesadilla, que algunos calificaron de agonía, el Granada ha regresado esta temporada a Primera. El poeta y periodista Fernando Valverde (Granada, 1980) relata esta historia en su libro No vuelvas a decir que es imposible, que acaba de publicar la Editorial Comares...

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Muchos aficionados al fútbol aún recuerdan aquel Granada de los años setenta que convirtió su campo de Los Cármenes en una fortaleza. La dureza de su defensa fue legendaria en Primera División. Sin embargo, luego inició una decadencia que le llevo a malvivir durante más de 30 años por Segunda B y Tercera. Tras una larga pesadilla, que algunos calificaron de agonía, el Granada ha regresado esta temporada a Primera. El poeta y periodista Fernando Valverde (Granada, 1980) relata esta historia en su libro No vuelvas a decir que es imposible, que acaba de publicar la Editorial Comares.

"El Granada ha estado al borde de la desaparición. Fueron entre 2.000 y 3.000 personas las que dijeron que era posible mantenerlo vivo. El Granada llegó a tener una deuda de 12 millones de euros. Pasó 30 años en Segunda B y bajó a Tercera División en 2005 cuando sufrió un descenso administrativo porque no consiguió pagar a sus jugadores", relata Valverde, que es colaborador de EL PAÍS.

El autor del libro es un seguidor acérrimo del Granada. "Soy socio desde los 11 años. El sueño que compartía con mi abuelo era subir a Segunda. La historia más bonita que me contó, la que más me repitió, es la de un portero húngaro, Alberty, que jugó en el Granada en 1941. Llegó a España huyendo de la II Guerra Mundial. En Granada bebió agua de una manguera, se tragó una bacteria que le devoró el intestino y murió. Le gustaba comer naranjas y los aficionados le tiraban naranjas al campo".

La fe de un grupo de aficionados que siempre creyó en el futuro del club queda reflejada en el libro. "La muestra de lealtad de la afición con el equipo ha sido magnífica. Ha sido casi una cuestión familiar".

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