El agravamiento de la crisis | La respuesta de los Gobiernos

Reino Unido presenta la reforma bancaria más ambiciosa desde los años ochenta

La propuesta de los expertos penaliza las inversiones más arriesgadas

En un día marcado por la brusca caída de la banca europea, los bancos británicos cotizaron mejor que los continentales pese a publicarse la propuesta definitiva de reforma del sector. Apadrinada por un comité de expertos independientes, confirma las líneas maestras adelantadas hace meses (separación de las actividades de banca comercial y de negocios en cada entidad para proteger a la primera de las prácticas más arriesgadas de la segunda; aumento de las provisiones en proporción al riesgo de las inversiones; facilidades para que los consumidores puedan cambiar de banco), pero es flexible en l...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En un día marcado por la brusca caída de la banca europea, los bancos británicos cotizaron mejor que los continentales pese a publicarse la propuesta definitiva de reforma del sector. Apadrinada por un comité de expertos independientes, confirma las líneas maestras adelantadas hace meses (separación de las actividades de banca comercial y de negocios en cada entidad para proteger a la primera de las prácticas más arriesgadas de la segunda; aumento de las provisiones en proporción al riesgo de las inversiones; facilidades para que los consumidores puedan cambiar de banco), pero es flexible en los detalles.

Esa mayor flexibilidad se sintetiza, por ejemplo, en el calendario: la reforma no estará en vigor por completo hasta 2019. Pero también en detalles de importancia capital: deja gran margen de maniobra para que cada entidad decida qué actividades pueden mantenerse y cuáles han de excluirse del cinturón de seguridad que ha de proteger al núcleo duro de la actividad bancaria al detalle.

Las normas no se aplicarán por completo hasta el año 2019
El proyecto renuncia a separar la banca minorista de la de inversión

El informe ha renunciado también a exigir a Lloyds que venda más oficinas de las casi 700 de las que ha de desprenderse de acuerdo con las condiciones que impuso Bruselas para autorizar la absorción de HBOS tras la crisis de otoño de 2008, a pesar de que el informe preliminar sugirió la necesidad de que Lloyds fuera más allá para incrementar la competencia en el sector.

A pesar de estas rebajas, la reforma ha sido descrita como la más ambiciosa vivida jamás por la banca británica. O al menos la más significativa desde el llamado Big Bang de los años ochenta que acompañó la liberalización de los mercados de capitales mundiales.

El responsable del Tesoro, George Osborne, dio su bienvenida a las propuestas y se comprometió "en principio" a aplicarlas. La coalición de conservadores y liberales-demócratas ha alcanzado el compromiso político de aprobar en esta legislatura la legislación básica necesaria y dejar para más adelante su desarrollo.

La reforma es consecuencia de la crisis financiera de 2008. Dejando al margen los casos de Islandia y de Irlanda, Reino Unido fue con mucha diferencia el país más afectado por la crisis bancaria, hasta el punto de que el gobierno laborista de la época tuvo que nacionalizar Northern Rock, forzar la absorción de HBOS por Lloyds, que luego nacionalizó parcialmente, y tomar el control del Royal Bank of Scotland, del que el Estado posee más del 80%.

El objetivo filosófico de la reforma no es tanto evitar nuevas crisis bancarias como impedir que, si estas se producen, la factura la acaben pagando los contribuyentes. La tesis de fondo es que para evitar que el sector asuma los riesgos que había tomado en el pasado hay que penalizar las actividades más arriesgadas. En el borrador inicial los expertos ya renunciaron a desgajar la banca minorista de la banca de inversiones y se inclinaron porque una entidad pueda hacer las dos cosas pero de forma claramente separada.

El banco deberá aumentar sus reservas de acuerdo con el riesgo de sus inversiones de forma que podrían llegar hasta el 20% del valor de las inversiones consideradas de riesgo, por encima de las exigencias de la legislación internacional que entrará en vigor en 2019, el llamado Basilea III.

Una manera de disuadir inversiones arriesgadas pero también de proteger a la banca digamos necesaria para un país y poder dejar caer a la menos necesaria si entra en crisis.

Archivado En