Otro símbolo vuelve al 'colegio'

Algunos estudiantes nunca olvidan el colegio en el que se formaron. Y muchos acaban volviendo a él tarde o temprano. Es lo que ha pasado esta semana en el Estudiantes. En pocos días, dos de sus símbolos, dos de sus personajes más carismáticos, han regresado al club de sus amores. Uno al banquillo, Pepu Hernández. Y otro a la pista, el alero Carlos Jiménez. De repente, un aire de nostalgia ha regresado al conjunto estudiantil. Como si el tiempo nunca hubiera pasado.

A los 35 años, Jiménez firmó ayer por una temporada por el Estudiantes procedente del Unicaja. Seguramente para cerrar una ...

Algunos estudiantes nunca olvidan el colegio en el que se formaron. Y muchos acaban volviendo a él tarde o temprano. Es lo que ha pasado esta semana en el Estudiantes. En pocos días, dos de sus símbolos, dos de sus personajes más carismáticos, han regresado al club de sus amores. Uno al banquillo, Pepu Hernández. Y otro a la pista, el alero Carlos Jiménez. De repente, un aire de nostalgia ha regresado al conjunto estudiantil. Como si el tiempo nunca hubiera pasado.

A los 35 años, Jiménez firmó ayer por una temporada por el Estudiantes procedente del Unicaja. Seguramente para cerrar una carrera brillante en la que las 12 primeras campañas las pasó defendiendo la peculiar filosofía de cantera del club madrileño. En él debutó en la temporada 1994-95. Precisamente de la mano de Pepu Hernández. El camino de ambos estuvo unido desde aquellos primeros años y han vuelto a juntarse. El desembarco de ambos es un regreso a las raíces después de unos años de zozobra institucional y deportiva, en los que la entidad se ha acogido al concurso de acreedores y ha dejado de pelear por los primeros puestos de la clasificación. "Hemos de recobrar la estabilidad social que se había perdido en los últimos años", explica a este periódico Pepu Hernández. Y qué mejor que dos símbolos de vuelta al colegio. "Entrenar a Carlos es espectacular. Solo con su ejemplo ayuda al equipo. Esa compensación entre juventud y veteranía puede irnos muy bien", añade Pepu. Otra leyenda del Ramiro, Nacho Azofra, ahora director deportivo del club, abunda en la misma idea: "Jiménez es el tipo de jugador que con su ética de trabajo eleva el nivel de los entrenamientos. Sigue siendo un jugador de primer nivel. Y siempre tuvo ilusión por volver a su casa".

Tanto Hernández como Jiménez recuerdan los mejores años del club, en contraste a unos últimos cursos en los que se ha llegado a coquetear con el descenso. La mejor cosecha fue en 1992, con la victoria en la Copa del rey y la presencia en la Final a cuatro de la Euroliga, entonces con Pepu como segundo técnico; o la nueva conquista de la Copa en el 2000 y el subcampeonato liguero de 2004, ya con ambos como estandartes del equipo. Momentos que cada día quedan más lejos.

"Mi sentimiento por el club estaba ahí y cuando surgió la opción de volver vinieron muchos recuerdos", aseguró Jiménez; "este Estudiantes es un equipo con mucha juventud, en el que Germán Gabriel y yo seremos los que aportemos la mayor experiencia". Los símbolos vuelven a ser estudiantes.