Necrológica:

José María Jiménez de Laiglesia, edificador de pueblos y pactos

Impulsó la expansión urbanística de Benidorm y aupó a Zaplana al poder

El expresidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) José María Jiménez de Laiglesia (Valencia, 1929) falleció el lunes a bordo de su barco, el Bárbara 2, mientras navegaba con su familia frente a la costa de Xàbia (Alicante). Desde 1997, año en que había dejado la presidencia de la patronal valenciana envuelto en las turbulencias de la gestión de los cursos de formación, vivía apartado de la primera línea y se había refugiado en sus colaboraciones con la Universidad Católica y la Real Academia de Cultura Valenciana, entidad que profesa el secesionismo lingüístico.

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El expresidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) José María Jiménez de Laiglesia (Valencia, 1929) falleció el lunes a bordo de su barco, el Bárbara 2, mientras navegaba con su familia frente a la costa de Xàbia (Alicante). Desde 1997, año en que había dejado la presidencia de la patronal valenciana envuelto en las turbulencias de la gestión de los cursos de formación, vivía apartado de la primera línea y se había refugiado en sus colaboraciones con la Universidad Católica y la Real Academia de Cultura Valenciana, entidad que profesa el secesionismo lingüístico.

Jiménez de Laiglesia se forjó como empresario en la expansión urbanística de Benidorm, en la que participó a través de Cleop, la empresa que fundó su padre en 1946, vinculada a las obras más emblemáticas de Valencia, desde el Mercado Central hasta las principales avenidas de la ciudad o el campo de fútbol del Levante. Asociado con la familia Puchades, los mayores propietarios de suelo en el Benidorm de los setenta, proyectó los edificios Playmont, primeras urbanizaciones con piscina olímpica y pista de tenis. En esos años subvencionó el libro Benidorm, 1974 (la primera aproximación al fenómeno de la ciudad de los sociólogos Mario Gaviria y José Miguel Iribas) y protegió a opositores al franquismo no excesivamente radicales.

El empresario llegó a la presidencia de la CEV en 1989, después de que esta organización hubiese sido utilizada para recomponer el PP en la Comunidad Valenciana. Mantuvo no pocas fricciones con el entonces presidente de la Generalitat, el socialista Joan Lerma, y en 1995 fue uno de los artífices del acuerdo que aupó por primera vez al PP de Eduardo Zaplana a la presidencia de la Generalitat valenciana. Los empresarios tutelaron el pacto mediante el que Zaplana logró el apoyo del regionalista Vicente González Lizondo. Fue lo que se llamó el pacto del pollo, por haberse firmado en el despacho del empresario avícola Federico Félix.

Pero las relaciones con Zaplana se deterioraron enseguida. El intervencionismo del PP convirtió la CEV, según sus propias palabras, en una dirección general más de la Generalitat. La entidad perdió su influencia en la designación de puestos claves, como las cajas de ahorros, la Feria o la Cámara de Comercio. En esos momentos de tensión con Zaplana surgió el escándalo de los cursos de formación, la mayoría de los cuales no llegó a impartirse pese a que la Administración autonómica había consignado el dinero para su financiación.

Como consecuencia, el Tribunal Supremo condenó a la CEV en 2006 a devolver a la Generalitat 1,5 millones de euros que había recibido entre 1993 y 1995 y cuyo destino no justificó. Jiménez de Laiglesia siempre afirmó que se le acusaba de hechos que desconocía.

José María Jiménez de Laiglesia.

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