Mirada 'angelicalhada'

Ángel Pavlovsky es uno de esos fenómenos escénicos que aparecen rara vez y cuando lo hacen consiguen no sólo unos espectadores adictos, que también, sino convertirse en actores de culto a los que se puede regresar una y otra vez.

A partir de esta semana recala en la sala pequeña del Teatro Español con Angelhada -es decir, mitad él (Ángel) y mitad hada (su otro yo)-, un espectáculo irreverente, divertido, en el que textos, dramaturgia, espacio escénico, iluminación, vestuario, producción y dirección han sido trabajos realizados, pergeñados, creados e inventados por el propio Pavlo...

Ángel Pavlovsky es uno de esos fenómenos escénicos que aparecen rara vez y cuando lo hacen consiguen no sólo unos espectadores adictos, que también, sino convertirse en actores de culto a los que se puede regresar una y otra vez.

A partir de esta semana recala en la sala pequeña del Teatro Español con Angelhada -es decir, mitad él (Ángel) y mitad hada (su otro yo)-, un espectáculo irreverente, divertido, en el que textos, dramaturgia, espacio escénico, iluminación, vestuario, producción y dirección han sido trabajos realizados, pergeñados, creados e inventados por el propio Pavlovsky, un hombre que ha pasado por todos los géneros sobre las tablas de un teatro.

Una inteligente propuesta que transita por un personalísimo humor, no apto para buscadores de trazos gruesos y trozos groseros, con el que este excepcional showman argentino -instalado en España hace décadas-, recorre parte de su vida, de sus experiencias a través de una mirada incisiva, siempre lúcida, si hace falta algo corrosiva, y si la noche da para más incluso vitriólica.