Reportaje:KIMIO KASE | Profesor del IESE, experto en gestión empresarial | viene de primera página... la catástrofe de Fukushima

"En Japón ya no hay líderes"

Kimio Kase suena pesimista cuando habla de Japón, pero él incluso va más allá y dice que está "entristecido". "En Japón ya no hay líderes. El país se juega perder lo conseguido en los últimos 150 años. El mundo avanza y tienen que darse cuenta de que Japón sigue estancado. El tsunami y la crisis de Fukushima lo han demostrado", explica este profesor del IESE, experto en gestión empresarial y puente entre España y Japón desde que en 1972 llegó a vivir a España.

Kase explica en la espectacular sede del IESE en Madrid -la escuela de negocios está en un imposible pinar próximo al centro de ...

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Kimio Kase suena pesimista cuando habla de Japón, pero él incluso va más allá y dice que está "entristecido". "En Japón ya no hay líderes. El país se juega perder lo conseguido en los últimos 150 años. El mundo avanza y tienen que darse cuenta de que Japón sigue estancado. El tsunami y la crisis de Fukushima lo han demostrado", explica este profesor del IESE, experto en gestión empresarial y puente entre España y Japón desde que en 1972 llegó a vivir a España.

Kase explica en la espectacular sede del IESE en Madrid -la escuela de negocios está en un imposible pinar próximo al centro de la capital- cómo vivió el 11 de marzo, el día que quedará grabado como el del peor tsunami en siglos en Japón, el día que la nuclear de Fukushima entró en descomposición. "Mi madre, que tiene 87 años y vivió los bombardeos sobre Tokio en la II Guerra Mundial, estaba aterrorizada. La tierra es lo último en lo que pierdes la confianza y cuando tiembla ya no sabes a qué atenerte".

"Tepco, que es la típica eléctrica del sistema, reaccionó tarde"

Kase (Chiba, 1949) pensó que si la cosa se ponía fea se iría a Japón y le sentó mal la huida de extranjeros del país alarmados por la radiactividad. "La prensa extranjera dio una imagen muy exagerada, en parte por los Gobiernos de Francia y EE UU, pero eso nos hizo mucho daño", reprocha.

Pero este profesor que habla un correctísimo castellano (está casado con "una navarrica") señala errores propios de la gestión asiática en la crisis: "A Toyota le pasó cuando en EE UU tuvo el problema con los coches que frenaban mal. Reaccionó tarde. Tepco es la típica eléctrica del sistema, que ganaba mucho dinero aliada con el Gobierno, y reaccionó tarde".

Él ha estudiado las diferencias de gestión entre Asia y Occidente. "Pensamos de forma muy distinta. En Japón se parte de los detalles para construir el cuadro general. Es un método inductivo. En Occidente es al revés, del marco general se desciende a los detalles. Además, en Asia se usa mucho la experiencia pasada, así que en una crisis, cuando no hay referentes previos, las empresas no responden bien. Necesitamos gente que en un momento dado se salte las normas, como hizo el director de Fukushima que, pese a las órdenes contradictorias, empezó a refrigerar con agua de mar. Aunque en Japón eso no es lo habitual".

Como ejemplo de la falta de liderazgo en el país, cita a Nissan, una de las grandes empresas que mejor va: "Está dirigida por Carlos Ghosn, un brasileño hijo de libaneses. En las empresas japonesas no hay que destacar por listo. Hay mucho líder medio, pero no líderes excelentes". Su esperanza radica en los cinco premios Nobel de química y física recibidos por japoneses en la última década. "En las investigaciones estamos cosechando el fruto de cien años de esfuerzos educativos".

Este profesor que ha trabajado en Reino Unido, EE UU y Bolivia además de España estuvo en Tokio en junio y no vio sensación de alarma. La diferencia fue que la urbe tiene muchas menos luces de las habituales para ahorrar energía. "No noté la pujanza de hace décadas. Si metes un grupo de ranas en agua y calientas poco a poco morirán plácidamente sin quejarse aunque el agua hierva. En cambio, si las echas de golpe al agua hirviendo, saltan. Los japoneses ahora parecen ranas que no notan que el agua se está calentando. A veces es mejor una crisis radical para que los japoneses se organicen".

Kase -que está a punto de publicar su libro Asian versus Western management thinking: Its culture-bound nature- sostiene que es muy difícil que el país avance con cambios constantes de Gobierno. El actual, Naoto Kan, ha dicho que dimitirá en breve por su gestión del terremoto y la crisis.

Hay cierta paradoja en el discurso de Kase. Al otro lado de la ventana hay un país con un 20% de paro y con una crisis de deuda galopante, pero él lo relativiza de forma gráfica: "Cuando llegué a España, en 1972, era casi un país en desarrollo. La diferencia con la España actual es abismal, a pesar de esta muy mala racha. Ahora los jóvenes son altos y tienen una buena dentadura. Los japoneses no se dan cuenta de que el mundo progresa y Japón está parado".

"La prensa extranjera dio una imagen muy exagerada" del desastre de Fukushima, se queja el profesor Kimio Kase.CRISTÓBAL MANUEL

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