Benidorm retoma el interés por albergar Ikea

La implantación de la multinacional Ikea en la provincia de Alicante va camino de convertirse en un culebrón como el que ha protagonizado la multinacional sueca en Valencia. Tras rechazar vincularse a la zona comercial de Alfafar intentó su desarrollo en la localidad de Paterna, donde ha mantenido unas negociaciones interminables que no han desembocado en un acuerdo definitivo.

El informe de la Unidad de Carreteras del Ministerio de Fomento, preceptivo y vinculante, que desaprueba la implantación de esta zona comercial pegado a la circunvalación de Alicante, dentro del plan Rabassa que ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La implantación de la multinacional Ikea en la provincia de Alicante va camino de convertirse en un culebrón como el que ha protagonizado la multinacional sueca en Valencia. Tras rechazar vincularse a la zona comercial de Alfafar intentó su desarrollo en la localidad de Paterna, donde ha mantenido unas negociaciones interminables que no han desembocado en un acuerdo definitivo.

El informe de la Unidad de Carreteras del Ministerio de Fomento, preceptivo y vinculante, que desaprueba la implantación de esta zona comercial pegado a la circunvalación de Alicante, dentro del plan Rabassa que promovió y se le adjudicó a Enrique Ortiz, y la parálisis con el consiguiente retraso que provocará esta decisión del Gobierno español ha reactivado el interés del Consistorio de Benidorm por conseguir atraer una marca como Ikea hacia la capital turística valenciana.

El edil de Urbanismo de la ciudad, Juan Ángel Ferrer, confirmó que "Benidorm va a intentar que Ikea pueda establecerse en la ciudad" porque "la asociación de ambas marcas puede interesar a ambos, llegado el caso incluso sería un excelente reclamo turístico y casaría con la imagen de ciudad joven y moderna que queremos proyectar", sin concretar más detalles.

Ene 2010, antes de las elecciones municipales, el alcalde de la ciudad, Agustín Navarro, mantuvo contactos con Enrique Ortiz por si se torcía la opción de Rabassa y el empresario alicantino optaba por otra alternativa, dado que el contrato de futuro con la multinacional para instalarse en Alicante lo tenía firmado el promotor, que mantuvo intensas negociaciones a tres bandas con el Ayuntamiento alicantino para que la revisión del plan general se adaptara a las exigencias de la empresa.

Plan B

Aunque Ortiz negoció con Navarro un plan B, que pasaba por llevarse Ikea a la zona del Moralet donde el contratista tiene junto con otros socios 540.000 metros de suelo no urbanizable de especial protección. Se trata de un solar en el que en 2006 intentó promover la construcción de 2.000 viviendas en un plan. La Consejería Urbanismo desestimó la propuesta, si no se hacía a través de la revisión del plan general de Benidorm, pero esta opción se alargaría en el tiempo tantos años como la modificación del PGOU benidormense, que data de 1990.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En