CREDIT SUISSE | BREAKINGVIEWS. REUTERS

Póquer suizo

Ha llegado el momento que temía Credit Suisse: el banco está en el punto de mira del Departamento de Justicia de EE UU como parte de una investigación más amplia sobre las alegaciones de que algunos bancos privados de Suiza han ayudado a estadounidenses a evadir impuestos. Credit Suisse todavía está lejos de sufrir una crisis como la de UBS, pero el Gobierno suizo, que está negociando un acuerdo para todo el sector con EE UU, se verá aún más presionado para alcanzar una solución.

Lo peor que podría pasar sería que Credit Suisse acabara metido en un enfrentamiento legal parecido al de UB...

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Ha llegado el momento que temía Credit Suisse: el banco está en el punto de mira del Departamento de Justicia de EE UU como parte de una investigación más amplia sobre las alegaciones de que algunos bancos privados de Suiza han ayudado a estadounidenses a evadir impuestos. Credit Suisse todavía está lejos de sufrir una crisis como la de UBS, pero el Gobierno suizo, que está negociando un acuerdo para todo el sector con EE UU, se verá aún más presionado para alcanzar una solución.

Lo peor que podría pasar sería que Credit Suisse acabara metido en un enfrentamiento legal parecido al de UBS. Cuando amenazaron a UBS con una acusación que le habría obligado a irse de EE UU, la institución accedió a pagar una multa de 780 millones de dólares y confesó haber cometido un delito. El Gobierno suizo también accedió a que UBS entregara datos de miles de clientes, con lo que se vulneró el tan cacareado secretismo bancario del país. Credit Suisse siempre ha insistido en que el riesgo de sufrir la misma suerte que UBS es mínimo. El banco afirma tener las normativas, la formación y los sistemas adecuados en marcha. Su negocio estadounidense offshore gestionaba cerca de 3.000 millones de dólares, en comparación con los 18.000 millones de dólares que tenía UBS, según las autoridades estadounidenses. Además, Credit Suisse cerró la división en 2008-2009.

Los investigadores estadounidenses también parecen estar basándose en pruebas entregadas por clientes de Credit Suisse en amnistías voluntarias, en lugar de en la cooperación de exdirectivos como Bradley Birkenfeld, el exbanquero de UBS que introdujo diamantes de contrabando en EE UU para un cliente.

No obstante, la investigación del Departamento de Justicia hace que el Gobierno suizo se juegue mucho, ahora que está intentando asegurarse un acuerdo con las autoridades estadounidenses. Según ese acuerdo, los bancos pagarían una multa, cerrarían sus negocios offshore no declarados y entregarían datos de sus clientes estadounidenses. A cambio, las autoridades estadounidenses pararían la investigación criminal de los bancos Credit Suisse, HSBC, Julius Baer y Basier Kantonalbank. El acuerdo estaba previsto para principios de julio, pero estaba parado por las exigencias del Gobierno suizo de que no se lleve a juicio a los empleados del banco.

Aun así, la escala del negocio estadounidense de Credit Suisse (su división allí le hizo ganar casi 4.000 millones de francos suizos de beneficio, lo que representa un 55% del total) hace que sea vulnerable. Por muy ofendidos que se sientan los suizos por las prácticas de EE UU, serán ellos los que se verán tentados a plegarse. -