Via Stellae abre con 'Farinelli' su edición más austera

La sexta edición de Via Stellae arrancó el pasado sábado en el Teatro Principal de Santiago con el concierto Farinelli, el mito veinte años después del filme. En escena, la mezzosoprano Ann Hallenberg acompañada por el ensemble Les Talents Lyriques, dirigido por Christophe Rousset. En este primer concierto, Via Stellae mostró toda la fidelidad a sus orígenes y posterior evolución que le permite el brutal recorte de presupuesto. El tijeretazo le ha dejado sin posibilidad material de contratar a algunos de sus intérpretes de referencia, que han sido directamente transferidos a otro festiv...

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La sexta edición de Via Stellae arrancó el pasado sábado en el Teatro Principal de Santiago con el concierto Farinelli, el mito veinte años después del filme. En escena, la mezzosoprano Ann Hallenberg acompañada por el ensemble Les Talents Lyriques, dirigido por Christophe Rousset. En este primer concierto, Via Stellae mostró toda la fidelidad a sus orígenes y posterior evolución que le permite el brutal recorte de presupuesto. El tijeretazo le ha dejado sin posibilidad material de contratar a algunos de sus intérpretes de referencia, que han sido directamente transferidos a otro festival junto con los fondos necesarios para su contratación.

El programa inaugural estuvo compuesto por arias de Nicola Porpora, Geminiano Giacomelli y Leonardo Leo, que sirvieron de base musical a la película dedicada al castrato Farinelli (Carlo Broschi), y se inició con dos compuestas por Riccardo Broschi (hermano de Farinelli). Conjunto y director demostraron su calidad y fidelidad estilística: en la Sinfonía op. 6 nº 6 de J-Ch. Bach alternaron con precisión rítmica viveza y serena rotundidad. Otro tanto sucedió con la obertura de Cleofide, de J-A. Hasse.

Hallenberg dio lo mejor de sí misma como cantante-actriz, con una técnica impecable en el manejo del hermoso instrumento de su voz y una afinación perfecta incluso en los pasajes más comprometidos. El sentimiento y la delicadeza más acendrados de sus arias amorosas tuvieron el adecuado contraste en la fuerza y agilidades en las arias di bravura. La gran ovación del público tuvo el premio de tres propinas: la primera fue el Lascia ch'io pianga de Haendel, claro.

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