Crónica:CICLISMO

En territorio experimental

Contador comenzará el Tour con un 50% más de días de competición que en 2009 y 2010

Alberto Contador comenzará el sábado el Tour con 44 días de competición en sus piernas, más o menos un 50% más de lo habitual para el chico de Pinto, quien, basándose en el sabio dicho "lo que funciona no se toca", había repetido prácticamente su acercamiento los dos años anteriores: unos 30 días de competición repartidos entre febrero, marzo, abril y junio, descanso en mayo y, por supuesto, un puñado de victorias que mostraban tanto lo bueno que es como lo bien que iba su preparación como su capacidad para ponerse en forma con poca competición como su voluntad de ganar todo lo que corre.
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Alberto Contador comenzará el sábado el Tour con 44 días de competición en sus piernas, más o menos un 50% más de lo habitual para el chico de Pinto, quien, basándose en el sabio dicho "lo que funciona no se toca", había repetido prácticamente su acercamiento los dos años anteriores: unos 30 días de competición repartidos entre febrero, marzo, abril y junio, descanso en mayo y, por supuesto, un puñado de victorias que mostraban tanto lo bueno que es como lo bien que iba su preparación como su capacidad para ponerse en forma con poca competición como su voluntad de ganar todo lo que corre.

Así fue en 2009 y 2010. En 2011, sin embargo, debido tanto al cambio de equipo y las exigencias del nuevo patrocinador, un banco danés, como a la incertidumbre generada por el asunto del clembuterol, que convirtió, en cierta forma, cada día en una aventura, Contador cambió sus hábitos y mayo, en lugar de al descanso recuperador para tomar impulso, lo dedicó a correr y, claro, ganar el Giro de Italia.

"Mi rendimiento es una incógnita", advirtió ayer el corredor
El ciclista de Pinto solo ha coincidido un día de competición con Schleck en 2011
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Si para su principal rival los últimos años, Andy Schleck, llegar al Tour con más de 40 días era más que una costumbre una necesidad -y llegar sin victorias ni grandes desafíos pasados, pues el Tour le exige absoluta renuncia-, a Contador su experiencia en 2011 le deja en un territorio desconocido, experimental.

"Y ese es el territorio en el que debe estar, el territorio de los campeones", dice José Miguel Echávarri, el histórico director del Banesto. "Indurain ganó dos Tours después de ganar el Giro y a veces se olvida que quedó también segundo en una Vuelta, la del 91, cuando se corría en abril, que podría haber ganado si no se suspende la etapa reina, y que luego ganó su primer Tour. El esfuerzo que se realiza antes del Tour no depende tanto de los trazados o de los días de competición como de las dificultades en que te ponen los rivales, las exigencias que te plantean".

Así analizado, el Giro pasado, tan duro para todos, no lo fue tanto para Contador, pues apenas contó con oposición fuerte. Sin embargo, el hecho de que el último doblete Giro-Tour date de 1998 (Marco Pantani: después de él, de todas maneras, todos los Tours los ganaron corredores, Armstrong, Sastre, Pereiro, Contador, que no habían corrido el Giro antes) justifica, en cierta forma, la prudencia de las declaraciones del ciclista de Pinto cuando se trata de hablar del Tour. Ayer, por ejemplo, después de quedar segundo en un campeonato de España en el que, dado el trazado, poco tenía que decir, dijo: "Estoy contento porque parece que las piernas van poco a poco, pero mi rendimiento y forma física habrá que verlos en el Tour y hay que esperar, todavía es una incógnita".

Pero no tanto, no tanto. Si alguien puede triunfar en el Tour llegando con 44 días de competición y nueve victorias, incluido el Giro, ese es Contador, se puede pensar perfectamente, conocido su historial. Y también pensar que no sería extraño que, visto lo que ocurrió en las laderas del Etna en el Giro, llegue Luz Ardiden, el 14 de julio, primer día de alta montaña en el Tour, y Contador ponga a todos en fila detrás de él y lejos. Y que una semana después, en el Galibier, como dosis de recuerdo de una vacuna, repitiera la jugada y redujera la complejidad del Tour a una sencillez desarmante, en la que elementos en teoría tan determinantes como el valor del equipo o las emboscadas en las etapas llanas, perdieran su valor.

Todo dependerá, por supuesto, de la resistencia que pueda ejercer Andy Schleck, lo cual es un misterio. Después del Tour pasado, que se cerró con solo 39s de diferencia a favor de Contador, quien solo pudo con Schleck en la montaña el día de la avería de la cadena en el puerto de Balès, ambos corredores solo han coincidido un día en la misma carrera, en la clásica Flecha Valona en abril. No es novedad, en 2010 solo se vieron dos veces antes del Tour, en la Flecha y en la Lieja-Bastogne-Lieja, y en 2009 solo coincidieron los seis días de la Vuelta al País Vasco, que ganó Contador y en la que el pequeño de los Schleck acabó el 37º.

Contador, a la izquierda, ayer en el podio del Campeonato de España, que terminó segundo, tras Rojas y ante Koldo Fernández.D. CASTELLÓ (EFE)

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