Necrológica:

Rosa María Belda, la voz versátil de la radio

La voz de Rosa María Belda salta a la antena de la SER cada vez que suena un indicativo, un boletín, una careta. "Cadena SER, Servicios Informativos" dice esa voz agradable y limpia, cada hora, acompañada de las veteranas "campanitas" de la Sinfonía azul, que Mompou dedicó a la radio.

Y ahora Rosa María Belda se ha ido, después de una enfermedad que no nos explicamos en ella, tan meticulosa y exigente con su aspecto y su físico, tan experta en medicina natural, en productos saludables, en métodos para estar bien por dentro y por fuera.

Los más veteranos de la casa recuer...

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La voz de Rosa María Belda salta a la antena de la SER cada vez que suena un indicativo, un boletín, una careta. "Cadena SER, Servicios Informativos" dice esa voz agradable y limpia, cada hora, acompañada de las veteranas "campanitas" de la Sinfonía azul, que Mompou dedicó a la radio.

Y ahora Rosa María Belda se ha ido, después de una enfermedad que no nos explicamos en ella, tan meticulosa y exigente con su aspecto y su físico, tan experta en medicina natural, en productos saludables, en métodos para estar bien por dentro y por fuera.

Los más veteranos de la casa recuerdan cuando llegó, muy jovencita, a la Compañía de Actores de Radio Madrid. Entre los papeles de "damita joven", como entonces se decía, interpretó a Dickens y a Shakespeare, a Calderón y a los Álvarez Quintero. Fue la Pepita de La saga de los Porretas y cuando, a comienzos de los ochenta, los dramáticos de la radio decayeron, siguió la senda de tantos grandes profesionales de la voz, dedicados a la publicidad y al doblaje. Series de televisión como Los Ángeles de Charlie, Lou Grant, Colombo o El equipo A llevan su voz, y también películas en las que dobló a Lana Turner, Fay Wray o Kathleen Turner. Si alguien revisa aquella delirante ¿Quién engañó a Roger Rabbit? verá cómo un dibujo animado, el de la explosiva chica vestida de rojo, cobra vida precisamente por la voz de la Belda, en plan femme fatale, que dice: "Yo no soy mala... Es que me han dibujado así".

En los estudios de doblaje, en las salas de grabación, seguro que hoy se va a recordar a Rosa con una sonrisa. Era simpática, se reía a rabiar, hacía gansadas con Primitivo Rojas o con José Antonio Páramo a la hora de grabar unas cuñas publicitarias... Y cuando se abría el micrófono desplegaba con exactitud esa voz de seda que atesoramos en los archivos sonoros de la casa junto a las de otros grandes, patrimonio intangible de la radio.

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