Reportaje:

Vallecas es de Primera

El Rayo vuelve a la élite del fútbol después de ocho años en Segunda y Segunda B tras un curso marcado por los impagos de Ruiz-Mateos

"¡Mourinho, Guardiola, Vallecas sí que mola". La afición del Rayo, apiñada a la entrada de los vestuarios del estadio Teresa Rivero, acuñó ayer por la tarde este nuevo eslogan con vistas a la próxima temporada, en la que el equipo madrileño se medirá con los grandes del fútbol español. El ascenso a la Primera División del club franjirrojo, que llega tras un curso marcado por los impagos de la familia Ruiz-Mateos, ya se había consumado gracias a la victoria (3-0) ante el Xerez. Junto al Madrid, al Atlético y al Getafe, la Primera contará el próximo curso con cuatro conjuntos madrileños.

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"¡Mourinho, Guardiola, Vallecas sí que mola". La afición del Rayo, apiñada a la entrada de los vestuarios del estadio Teresa Rivero, acuñó ayer por la tarde este nuevo eslogan con vistas a la próxima temporada, en la que el equipo madrileño se medirá con los grandes del fútbol español. El ascenso a la Primera División del club franjirrojo, que llega tras un curso marcado por los impagos de la familia Ruiz-Mateos, ya se había consumado gracias a la victoria (3-0) ante el Xerez. Junto al Madrid, al Atlético y al Getafe, la Primera contará el próximo curso con cuatro conjuntos madrileños.

Para el Rayo se trata de un regreso después de un exilio de ocho años, cuatro de ellos -de 2004 a 2008- transcurridos en el anonimato de la Segunda División B. Una ausencia vivida también por el barrio de Vallecas, tan impaciente que empezó a celebrar el retorno el sábado por la noche, cuando los resultados de la 40ª jornada de la Segunda División daban al equipo de José Ramón Sandoval la certeza del ascenso, a expensas del recurso del Granada por una supuesta alineación indebida del Barcelona B. La victoria de ayer ahorró al Rayo estar pendiente de cualquier enredo burocrático -los granadinos, terceros, se quedarían a siete puntos a falta de dos jornadas aunque ganaran el recurso- y la hinchada pudo volver al sitio elegido para el regocijo: la plaza de la Asamblea de Madrid.

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Unos 10.000 aficionados se reunieron alrededor de la fuente para vitorear a los jugadores, que dieron la vuelta de honor en un autobús descubierto. Algunos, como el argentino Trejo, y Míchel, símbolo del equipo, nacido en Vallecas y protagonista, con el de ayer, de cuatro ascensos -tres a Primera- , se bajaron del autobús y se entregaron al abrazo de la afición. Se quedaron allí una media hora con los seguidores, extasiados bajo el calor de las dos de la tarde. "Para mí es un sueño hecho realidad", afirmó poco más tarde Míchel al salir del vestuario. "Todos los ascensos son inolvidables y no se pueden comparar, pero este ha sido el más difícil por los problemas que hemos arrastrado", dijo el capitán, de 36 años, que debutó en el Rayo con 18.

El triunfo de ayer es la culminación de un camino llevado a cabo durante un año tremendo para la plantilla y los trabajadores, que durante meses no cobraron sus nóminas a causa de los problemas económicos de la familia Ruiz-Mateos, obligada a dejar la propiedad del club después de 20 años. Hace dos semanas, el empresario madrileño Raúl Martín Presa se convirtió en el nuevo dueño, asumiendo con la compra del club una deuda de 30 millones de euros. "Quiero agradecer a la afición el comportamiento que ha tenido tanto en el día de hoy como durante los últimos ocho años de sufrimiento, y en una temporada que ha sido muy difícil para el club y los jugadores", declaró ayer el nuevo propietario, de 34 años.

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El día que se presentó, Martín Presa remarcó la necesidad del Rayo de ser considerado un equipo de Madrid, no de barrio, y de contar con el apoyo de las instituciones. No obstante, nunca como ayer la identificación entre el equipo y la barriada en la que nació en 1924 fue más evidente. En la calle del Payaso Fofó, que une la plaza de la Asamblea con el estadio, desde primeras horas los transeúntes de las mañanas domingueras -jubilados con la barra de pan bajo el brazo, vecinos paseandos a sus perros y corredores por el parque- se toparon con riachuelos de aficionados vestidos con la camiseta blanca cruzada por un rayo rojo. Un par de horas más tarde, en el campo, todo acabó como las fiestas futboleras suelen acabar: la afición invadió el césped, algunos arrancaron pedazos de las redes para llevárselos a casa como recuerdo de la celebración y los niños rodaron por el césped. La fuente de la Asamblea se une a Cibeles, a Neptuno y a la Cibelina de Getafe como puntos neurálgico donde celebrar éxitos deportivos en Madrid. La próxima temporada, el Rayo se reencuentra con la Primera División y la España del balompié redescubrirá Vallecas.

El equipo del Rayo desfila por Vallecas en un autobús.CARLOS MARTÍNEZ (DIARIO AS)
El entrenador José Ramón Sandoval habla a la afición.F. ALVARADO (EFE)

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