GASTRONOMÍA | BELGRAVIA | LA SEMANA POR DELANTE

La hora del té

Solo los muy introducidos en las costumbres británicas son conocedores de la realidad del famoso five o'clock tea, institución que aquel pueblo ha exportado a los más lejanos países, a los que dominó por la fuerza de las armas hasta que el té penetró en sus paladares y sus mentes. A partir de ese instante los ciudadanos quedaban seducidos por la teína y se convertían a la ideología del pueblo que se la había descubierto.

Pero el secreto no estaba en el excitante que lleva el té, sino en el relajante que conlleva estar sentado en cómodo sillón mientras se degusta la caliente infus...

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Solo los muy introducidos en las costumbres británicas son conocedores de la realidad del famoso five o'clock tea, institución que aquel pueblo ha exportado a los más lejanos países, a los que dominó por la fuerza de las armas hasta que el té penetró en sus paladares y sus mentes. A partir de ese instante los ciudadanos quedaban seducidos por la teína y se convertían a la ideología del pueblo que se la había descubierto.

Pero el secreto no estaba en el excitante que lleva el té, sino en el relajante que conlleva estar sentado en cómodo sillón mientras se degusta la caliente infusión, acompañada de abundante bollería fina y de algunos de esos untuosos canapés que gozan del favor popular porque en su composición ha desaparecido, como por arte de magia, cualquier atisbo de sabor a pan de molde, incluido el que le proporciona la siempre insípida y reseca corteza.

BELGRAVIA

Sorní, 15. Valencia

Teléfono 96 352 79 78

Sin pretender emular los salones del Ritz o del Dorchester londinenses, en Valencia se instaló hace algunos meses Belgravia, local de restauración con moderna y limpia decoración, que sirve el té acompañado de los elementos sólidos ya señalados, y además de ello actúa en las horas habituales de nuestra cultura para dar almuerzo -pequeños bocadillos y otras fruslerías-, comida -menús de precio fijo con ensaladas, pastas, carnes y pescados- y toda clase de aperitivos y tentempiés en cualquier momento, por lo que degustar unos blinis con salmón, unas anchoas del Cantábrico, unas lascas de jamón o una tabla de quesos, junto con una copa de vino o de champagne de una razonable selección de marcas, es solo cuestión de encontrar el deseado instante del aperitivo.

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