Pescar en mares revueltos

Pescanova, fundada en 1960 en Vigo y ahora con filiales en 21 países, es una de las mayores empresas del mundo en productos del mar y apenas ha sufrido incidentes. El más grave se produjo en 1977 cuando un comando del Frente Polisario asaltó el buque Saa, que faenaba frente a las costas del Sáhara. Más allá de alguna retención temporal por problemas administrativos con autoridades locales, la expansión de Pescanova se ha hecho de forma amistosa, en la mayoría de los casos a través de empresas mixtas con capital local. Pese a que se ha introducido en países políticamente inestables y de...

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Pescanova, fundada en 1960 en Vigo y ahora con filiales en 21 países, es una de las mayores empresas del mundo en productos del mar y apenas ha sufrido incidentes. El más grave se produjo en 1977 cuando un comando del Frente Polisario asaltó el buque Saa, que faenaba frente a las costas del Sáhara. Más allá de alguna retención temporal por problemas administrativos con autoridades locales, la expansión de Pescanova se ha hecho de forma amistosa, en la mayoría de los casos a través de empresas mixtas con capital local. Pese a que se ha introducido en países políticamente inestables y depende de recursos naturales escasos, la firma asegura haber logrado globalizarse gracias a una máxima: "Ni un solo país por recurso, ni un solo recurso por país". En África tiene una planta de procesado de merluza en Namibia y está presente en Sudáfrica, Angola y Mozambique. En este último país posee además un astillero y una filial dedicada a la captura de langostinos, Pescamar, que era la que operaba el Vega V. En la última década ha diversificado su estrategia invirtiendo en cultivos de acuicultura, para lo que ha convertido Mozambique en su centro de operaciones. Su último proyecto en dicho país incluye la cría de panga y tilapia en viveros, dos especies cuyo mercado está dominado por empresas asiáticas. Mozambique fue uno de los primeros caladeros que exploró Pescanova cuando empezó a operar con buques congeladores a larga distancia. En 2010, la empresa facturó 575 millones de euros con una plantilla de más de 11.000 personas.

Por otro lado, según la Operación Atalanta de la UE, los piratas somalíes tienen actualmente 23 buques secuestrados con un total estimado de 520 rehenes.

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