Reportaje:

La rehabilitación del 'sector ladrillo'

El salón Construmat de Barcelona apuesta por el mercado de la reforma y la actividad en países emergentes como Brasil para reactivar la construcción

Cuando en 2007 se celebró la edición número 15 de Construmat, en España se iniciaron más de 530.000 viviendas. El momento álgido de la construcción. Y esta feria bianual, que es siempre un referente y un termómetro del sector, tenía 2.400 expositores. Veinticuatro meses después, cuando llegó Construmat 2009, el panorama era muy diferente: la burbuja había estallado. La vivienda nueva se había frenado en seco. El salón, especialista en materiales, se reorganizó. Los expositores se redujeron a 1.350. ¿Qué hacer? Había llegado el momento de buscar alternativas: Construmat 2011, que se celebrará e...

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Cuando en 2007 se celebró la edición número 15 de Construmat, en España se iniciaron más de 530.000 viviendas. El momento álgido de la construcción. Y esta feria bianual, que es siempre un referente y un termómetro del sector, tenía 2.400 expositores. Veinticuatro meses después, cuando llegó Construmat 2009, el panorama era muy diferente: la burbuja había estallado. La vivienda nueva se había frenado en seco. El salón, especialista en materiales, se reorganizó. Los expositores se redujeron a 1.350. ¿Qué hacer? Había llegado el momento de buscar alternativas: Construmat 2011, que se celebrará entre el 16 y el 21 de mayo en los pabellones 1, 2 y 3 del recinto de Gran Via de Fira de Barcelona, con una oferta concentrada de 1.300 expositores. Un reflejo de lo que vive el mundo del ladrillo. Sobre la mesa, tres opciones de futuro: sostenibilidad, rehabilitación y países emergentes.

El evento tendrá por primera vez un día para visitantes no profesionales
En 2007 se construían en España medio millón de viviendas. Ahora, unas 60.000

"Somos un reflejo del mercado. Un mercado y un sector que están... como están". Pilar Navarro, directora del salón de referencia de la construcción en España y uno de los tres más importantes de Europa, reconoce que el ajuste ha supuesto un importante cambio para el evento. Pero se niega a pronunciar la palabra crisis o burbuja. "Lo que hay que hacer es cambiar la visión que hay de situación crítica del sector por una mirada más optimista", insiste. Cree que existen palancas para lograrlo y son precisamente las que proponen en Construmat. En torno a la rehabilitación, la sostenibilidad y la internacionalización girará todo el salón y los foros de debate que se organizan. Reunirán, por ejemplo, a gurús de la sostenibilidad como los arquitectos William McDonough, Ken Yeang, Shigeru Ban, Bruno Stagno, Antonio Lamela o Felipe Pich-Aguilera, el economista y asesor especial del secretario general de las Naciones Unidas, o Jeffrey Sachs. Además tendrá lugar el primer foro España-Brasil. Construmat siempre ha sido un generador de tendencias. De eso no hay duda. En 2005, por ejemplo, fue en este salón donde María Antonia Trujillo anunció su idea de los minipisos de 30 metros para jóvenes que tanto dieron que hablar.

El pasado año se iniciaron cerca de 60.000 pisos nuevos en España. Nueve veces menos que en 2007. Sin embargo, el país tiene aproximadamente 25,5 millones de viviendas construidas años e incluso siglos atrás. Casas, pisos, apartamentos, chalés... Construcciones que han ido evolucionando y que, antes o después, necesitan unos arreglillos. Y eso también es un negocio interesante. Por eso este año la feria ha decidido apostar y por primera vez permitirá la asistencia al salón de visitantes particulares, en concreto el sábado 21 de mayo. Porque mientras que la obra nueva es una cuestión de profesionales, cuando un particular decide reformar la cocina o el baño suele elegir materiales y componentes por sí mismo. También esperan que las pymes acudan a buscar soluciones que ofrecer a sus clientes. El evento tendrá un día dedicado al distribuidor, con descuentos especiales. "Abierto a distribuidores tanto nacionales como internacionales. España tiene precios muy competitivos", mantiene Navarro.

Otra de las respuestas a la crisis ha sido la internacionalización. Los grandes jugadores comprendieron muy pronto que cuando en casa llueve es momento de viajar al extranjero para ver si hace mejor tiempo. Este año habrá en el salón un país que destaque especialmente: Brasil. "Centenares de profesionales acudirán como compradores de tecnología y productos españoles expuestos en el certamen", asegura la organización. También destacará, prometen, la presencia de Marruecos, "con el objetivo de que las empresas españolas conozcan las ventajas que tiene acceder al mercado marroquí tanto en el ámbito de la obra pública como en el de la edificación".

Pero Brasil es la estrella indiscutible. La dirección del certamen ha llegado a diversos acuerdos de colaboración con organismos oficiales como cámaras de comercio, colegios de arquitectos e ingenieros o asociaciones empresariales para que sus profesionales acudan al salón. Lo harán además con una agenda cerrada de contactos "para fomentar las oportunidades de negocio". El país latinoamericano se encuentra en un gran proceso de transformación urbanística, tanto por acoger dos eventos deportivos de enorme magnitud (celebrará el Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, que serán en Río de Janeiro) como por su gran desarrollo socioeconómico. Según destaca la organización, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, las empresas de la construcción invirtieron cerca de 15.000 millones de euros en materiales de la construcción en 2008 (último año con datos disponibles), "lo que ilustra el gran potencial de compra".

"Son compradores que vienen a buscar soluciones reales", mantiene Navarro. Los brasileños no vienen a pasear. Tienen una necesidad real de constructores y empresas, y España, mantiene Navarro, tiene muy buena fama en el extranjero, a pesar de que aquí la construcción viva horas bajas. "Nos ven como un punto de referencia, por el clima, el tipo de construcción... España tiene un know-how [bagaje]", y eso es una buena tarjeta de presentación, cree la directora de Construmat.

Para terminar de asegurar todos los frentes internacionales, el salón ha realizado acciones publicitarias en los 27 Estados de la Unión Europea y en otros países latinoamericanos como Chile o Argentina para atraer a visitantes interesados en las empresas de construcción y proveedores españoles. "En este evento se hacen negocios. El sector es hermético y es difícil concretar cifras, pero se llega a muchos acuerdos", asegura Navarro. Su expectativa es al menos igualar la cifra de visitantes de la última edición, donde alcanzaron los 153.000 visitantes. "Pero son cada vez visitantes de mayor calidad. Aquí vienen compradores reales", apunta.

Maquetas y concurso de albañiles

En Construmat hay un espacio desde hace seis ediciones que siempre llama la atención: Casa Barcelona. Es una zona del salón con una propuesta relacionada con la arquitectura y el diseño que acapara miradas y fotografías. Y este año, por primera vez, pasará del papel a la realidad. En el estand se exhibirá una maqueta y los planos de una promoción de viviendas, cuyos autores son los arquitectos Jaime Coll, Patxi Mangado y Ramón Sanabria, que después de la feria no pasarán a un cajón, sino a un solar. El bloque de viviendas se erigirá en un espacio cedido por el Patronato Municipal de la Vivienda de Barcelona en el barrio de Vallcarca. Técnicamente, según cuentan los organizadores de Construmat, el proyecto se sustenta "en un sistema de industrialización que combina elementos manufacturados y elaborados en obra para construir edificios completamente customizados". En este sentido, la aportación del iMat, Centro Tecnológico de la Construcción, ha sido fundamental al desarrollar un sistema en el que, por ejemplo, se van a utilizar hormigones de ultra-alta resistencia, más próxima al acero que a la del hormigón convencional, o tabiques móviles y celosías correderas.

Pero Casa Barcelona no es el único acto llamativo de esta feria. Como ediciones atrás, también acogerá el Concurso Nacional e Internacional de Albañilería. El sábado 21 de mayo, el mismo día en el que el salón abrirá sus puertas para el público en general, parejas compuestas por un albañil y un peón deberán levantar una pieza en el menor tiempo posible y con los máximos parámetros de calidad. Con premios que van de los 3.000 euros de los ganadores a los 600 euros del quinto puesto. El jurado facilitará a los concursantes el tema y el plano de la obra a realizar a escala, que hasta entonces se mantendrá en secreto. Desde las ocho de la mañana y como máximo durante cuatro horas, albañiles y peones enseñarán de lo que son capaces. -

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