La división del sector agrario

Solo el 4% de las 5.000 empresas han abordado integraciones y fusiones

La industria agroalimentaria es el principal sector por volumen de empleo en Andalucía, pero su potencial queda condicionado por su excesiva fragmentación. Hasta 5.000 empresas agrarias tiene registradas la Junta de Andalucía, pero más del 80% tienen menos de nueve empleados. Empresarios, organizaciones agrarias y la Administración coinciden en apuntar a la elevada atomización como el principal lastre del sector. Sin embargo, mientras se pone el acento en otras medidas de carácter coyuntural para combatir la crisis de precios (el caso más llamativo es el clamor por el almacenamiento privado de...

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La industria agroalimentaria es el principal sector por volumen de empleo en Andalucía, pero su potencial queda condicionado por su excesiva fragmentación. Hasta 5.000 empresas agrarias tiene registradas la Junta de Andalucía, pero más del 80% tienen menos de nueve empleados. Empresarios, organizaciones agrarias y la Administración coinciden en apuntar a la elevada atomización como el principal lastre del sector. Sin embargo, mientras se pone el acento en otras medidas de carácter coyuntural para combatir la crisis de precios (el caso más llamativo es el clamor por el almacenamiento privado del aceite de oliva) no se gasta la misma energía en avanzar en procesos de concentración de la oferta.

"El problema son los personalismos y localismos", dicen desde Hojiblanca
En Andalucía hay unos 800 operadores que venden aceite de oliva
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En los últimos tres años 200 entidades agrarias de la comunidad han abordado procesos de integración y fusión, beneficiándose de los incentivos de la Junta. Pero esa cantidad apenas supone el 4% del total de la industria agroalimentaria. "Es imprescindible avanzar hacia procesos de concentración de la oferta para poder ser más competitivos en los mercados", asegura Ana María Romero, directora general de Industrias y Calidad Agroalimentaria.

La Junta llevó a cabo el pasado año una profunda reforma en su Orden de incentivos para primar a las empresas resultantes de los procesos de integración empresarial. De este modo, las ayudas pasaron del 20% al 45% para cuando se formalice una fusión de cooperativas. Sin embargo, en 2010 apenas medio centenar de entidades y cooperativas optaron a estas ayudas, y los incentivos fueron de solo 2,6 millones, una cifra que se eleva hasta los siete millones desde 2008.

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Oleícola El Tejar, Oleocampo, Agrosevilla, Agroquivir, Cereales Sevilla, Única Group, Murgiverde, Coesagro, Cordesur, Zuman o Aceites de Granada Tierras Altas son algunas de las firmas que han ganado en tamaño en los últimos años. Pero si hay un grupo que representa la apuesta por la concentración este es Hojiblanca, la principal cooperativa productora de aceite de oliva. La firma con sede en Antequera inició hace ocho años su expansión con la fusión de Cordoliva y Hojiblanca de Málaga y hoy ya cuenta con 120 cooperativas en toda Andalucía, 91 de ellas de aceite de oliva, 18 de aceituna de mesa y el resto de suministros. "El problema que ha existido son los localismos y los personalismos", dice, tajante, Antonio Luque, director general de Hojiblanca, que el año pasado facturó 450 millones. Luque cree que, al igual que hace unos años era impensable predecir la concentración del sistema financiero español, ahora es preciso ir en esa dirección en la agricultura. "Necesitamos grupos con una dimensión y un tamaño suficiente para rentabilizar nuestras explotaciones e influir en los mercados".

El sector del aceite de oliva es el que mejor simboliza la elevada atomización y el desequilibrio de la cadena de valor, con 800 operadores que venden y apenas cuatro o cinco grandes grupos de distribución que compran y dominan los precios. La consejera de Agricultura, Clara Aguilera, que afirma que es absurdo que en cada pueblo haya dos o tres cooperativas, achaca el escenario actual a los "localismos catetos" que aún están arraigados. "O tenemos una dimensión empresarial adecuada o tendremos muy pocas posibilidades", advierte.

El sector ha depositado esperanzas de revertir esta situación en la Ley de Sociedades Cooperativas Andaluzas, cuyo anteproyecto acaba de presentar el Gobierno autonómico. La federación de cooperativas Faeca ha valorado este texto pues, a su juicio, recoge novedades importantes encaminadas a la mejora de la competitividad. Entre ellas, la futura ley amplía el objeto social de las cooperativas agrarias, reduce los porcentajes con los que se dota a los fondos obligatorios y elimina las limitaciones en las operaciones con terceros.

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