La juez acusa a la Junta de ocultar las actas para frenar la investigación

Alaya sostiene que Griñán conocía las irregularidades administrativas en los ERE - Ve indicios de prevaricación porque no se cambió el procedimiento

La juez que investiga los expedientes de regulación de empleo (ERE) fraudulentos, Mercedes Alaya, exigió ayer de nuevo las 480 actas de los Consejos de Gobierno que la Junta ha rechazado entregar por contener información reservada. En un auto, la magistrada sostiene que el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, conocía los informes de la Intervención General que consideraron inadecuado el procedimiento administrativo empleado para el fondo de empresas en crisis en su etapa como consejero de Economía. Griñán siempre ha negado que conociera estos informes que cuestionaban el procedimiento....

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La juez que investiga los expedientes de regulación de empleo (ERE) fraudulentos, Mercedes Alaya, exigió ayer de nuevo las 480 actas de los Consejos de Gobierno que la Junta ha rechazado entregar por contener información reservada. En un auto, la magistrada sostiene que el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, conocía los informes de la Intervención General que consideraron inadecuado el procedimiento administrativo empleado para el fondo de empresas en crisis en su etapa como consejero de Economía. Griñán siempre ha negado que conociera estos informes que cuestionaban el procedimiento.

El auto es toda una declaración de intenciones y Alaya asegura que tanto Griñán como los exconsejeros de Economía e Innovación Magdalena Álvarez y Francisco Vallejo conocieron estos reparos. Alaya apunta a la comisión de un delito de prevaricación por ignorar los informes contrarios de la Intervención. "Los informes no han podido ser más expresivos", subraya. Desde ayer, el enfrentamiento entre el Gobierno y la juez es frontal y sin medias tintas.

"Resulta paradójico que la Junta no haya detectado las graves" anomalías
La instructora vuelve a reclamar las 480 actas del Consejo de Gobierno
El Gobierno dice que la juez "acota" en su auto lo que quiere pedir
Alaya: "Si conociera qué actas son relevantes solo pediría esas"
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La magistrada reprende la actitud del Gobierno y su respuesta es de una dureza inusitada en escritos jurídicos: "No es legítimo por constituir un abuso de derecho que la Junta se persone como perjudicada y de otro lado pretenda ocultar, o al menos aparentar que lo hace, datos que pueden ser relevantes para la investigación".

La juez estima que las actas "ni son reservadas ni son secretas" y "solo serán secretas las deliberaciones, opiniones y votos emitidos". La Junta avanzó esta semana que no se las entregaría por ser una petición "indiscriminada" y amparándose en la ley de Gobierno de la comunidad, que establece que son reservados los documentos que se traten en el Consejo de Gobierno.

Alaya discrepa y subraya que solo ha pedido, "porque parece que no se ha entendido", los acuerdos que aclaren si el convenio que dio vía libre en 2001 al fondo para empresas en crisis se ratificó en Consejo de Gobierno, si este se renovó después de que caducara en 2003, si se adoptó algún acuerdo ante los reparos de la Intervención y las ampliaciones presupuestarias del fondo. Para aclarar todos esos conceptos, la juez considera necesario revisar las 480 actas. "Si esta instructora conociera qué actas son relevantes para la investigación solo pediría esas", alega Alaya.

De este modo, la juez pide al letrado de la Junta que ratifique su negativa a entregar las actas el próximo lunes en persona. Si fuera así, el litigio acabará, probablemente, en el Tribunal de Conflictos de Jurisdicción del Tribunal Supremo para que dirima el enfrentamiento.

Los reproches de Alaya al Gobierno andaluz son continuos. En otra parte del auto critica a la Junta su "publicitado ánimo de colaborar con la justicia (...)" mientras, según subraya la juez, expresa su negativa a entregar la documentación "a través de los medios y no por escrito como correspondería a una parte personada".

Alaya destaca: "Resulta paradójico que durante 10 años la Junta no haya detectado las graves irregularidades que se estaban cometiendo con los fondos públicos y que ahora se extraña de que el juez que investiga el caso quiera conocer los motivos de ello". "Ningún interés tiene esta titular (...) en examinar más documentación de la necesaria", reprocha al Gobierno.

Además, la juez rechaza el apoyo de la Inspección de Trabajo solicitado por la fiscalía, así como la personación de UGT en el procedimiento, sindicato al que insta a presentar una querella.

El Gobierno andaluz estudiará "en detalle" el auto de la juez, por lo que evitó un pronunciamiento taxativo. No obstante, fuentes del Ejecutivo se fijaron, más que en los juicios de valor de la juez, en que esta "acota" las demandas al Consejo de Gobierno. Así lo entiende, al precisar la instructora información sobre si llegó al Consejo el convenio marco por el que tramitaron las ayudas, si se adoptó algún acuerdo ante la "existencia de algún reparo" por la Intervención y la Cámara de Cuentas y si se aprobaron modificaciones presupuestarias ante el déficit acumulado por el IFA. Esta última petición fue el enfoque del líder del PP, Javier Arenas, en el debate con Griñán el pasado jueves.

Un testigo acusa a un diputado del PSOE de incluir dos intrusos

El comercial de la consultora Vitalia, de iniciales J. B., acusó al parlamentario del PSOE Ramón Díaz de incluir dos intrusos (personas ajenas a las empresas beneficiadas) en el ERE de la empresa Saldauto, según refleja su declaración policial como testigo. "Ramón Díaz habló personalmente conmigo solicitándomelo (...) tenía una relación estrecha con Saldauto, sobre todo con uno de sus socios, llamado Fernando (...) La mujer de Fernando, Pepi, fue secretaria de Ramón Díaz en UGT (...) de ahí deduzco su interés por esta empresa y esta póliza".

Díaz ha sido el último parlamentario nombrado por el PSOE a mediados de febrero y fue durante cuatro años asesor del exdirector general de Trabajo Javier Guerrero. Si resultara imputado, el caso pasaría al Tribunal Superior de Justicia (TSJA) al ser este aforado. A pesar de la declaración inculpatoria del comercial, Guerrero aseguró que "fue él personalmente quien ordenó" incluir a los intrusos. Uno de estos polizones negó asimismo que Díaz le contactara para incluirle en el ERE.

Guerrero aclara cómo en 2006 solucionó dos huelgas de limpieza en Granada con una "ayuda directa que exigieron los sindicatos" a las empresas concesionarias "para desbloquear el conflicto" por 700.000 euros. Además, Guerrero dice que la Junta asumió la póliza de 2,4 millones suscrita a Álvaro Ruiz-Mateos por un pacto con Dhul.

Sobre la firma

Archivado En