GASTRONOMÍA | THE GINGER LOFT | LA SEMANA POR DELANTE

'Brunch' y Benedict

Bajo unos nombres que parecen concebidos para cuatreros del oeste americano se esconden relevantes sucesos gastronómicos, de larga vida en el exterior aunque dentro de nuestras fronteras no hayan recibido el respaldo popular a que parecían destinados.

Brunch es la contracción de breakfast y lunch, la unión en una sola palabra -y en un solo acto- de dos de las más importantes etapas del comer de cada día, que se celebra en un horario amplio y acomodado a las necesidades de los noctívagos de la noche anterior.

Y Benedict es el nombre de algunos papas y también ...

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Bajo unos nombres que parecen concebidos para cuatreros del oeste americano se esconden relevantes sucesos gastronómicos, de larga vida en el exterior aunque dentro de nuestras fronteras no hayan recibido el respaldo popular a que parecían destinados.

Brunch es la contracción de breakfast y lunch, la unión en una sola palabra -y en un solo acto- de dos de las más importantes etapas del comer de cada día, que se celebra en un horario amplio y acomodado a las necesidades de los noctívagos de la noche anterior.

Y Benedict es el nombre de algunos papas y también de un muy nutritivo y sabroso plato que une en una misma ración los huevos poché, el jamón, alguna suerte de pan y mucha salsa holandesa, que actúa como ligadura de aquellos elementos a la vez que se convierte en sostén del alicaído ánimo de los trasnochadores.

THE GINGER LOFT

Calle Vitoria, 4. Valencia.

Teléfono 96 352 32 43

En The Ginger Loft han decidido que el invento, que despierta fervor desde principios del pasado siglo en el ámbito anglosajón, se instale entre nosotros y así preparan todos los domingos el deseable brunch con los inevitables huevos Benedict, a los que infunden pequeñas alegrías al mezclarlos con vegetales como la espinaca o ahumados como el salmón.

Además de eso, y enganchados como están a los sabores exóticos, también preparan ese y otros días ensaladas de fideos chinos -o de pollo y jengibre-, pollo tandoori con yogur, curry tailandés con arroz, cerdo al estilo vietnamita con lemongrass o albóndigas de cordero con esa suerte de trigo trabajado que llaman bulgur.

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Y como postre, amén de los dulces habituales una sabia y nada liviana combinación de torrijas con beicon y mermeladas varias.

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