Egipto se libra de Mubarak
El Ejército se hace con el poder tras dar el definitivo empujón al 'rais' - El presidente se refugia en su mansión de Sharm el Sheij - Suiza embarga las cuentas del dictador
Egipto empezó a caminar hacia un futuro lleno de esperanzas. No podía esperar un camino fácil, pero el primer paso constituyó un momento casi aéreo de orgullo y euforia. Los egipcios demostraron en 18 jornadas extraordinarias que la unión entre las nuevas redes sociales y las viejas manifestaciones podía derribar cualquier muro. La libertad se abrió ante ellos dulce, enorme, casi inabarcable. Fueron pacientes, constantes y pacíficos ante los últimos zarpazos de la tiranía, y triunfaron: Hosni Mubarak, dictador durante 30 años, dimitió y huyó hacia su mansión de Sharm el Sheij, en el mar Rojo. ...
Egipto empezó a caminar hacia un futuro lleno de esperanzas. No podía esperar un camino fácil, pero el primer paso constituyó un momento casi aéreo de orgullo y euforia. Los egipcios demostraron en 18 jornadas extraordinarias que la unión entre las nuevas redes sociales y las viejas manifestaciones podía derribar cualquier muro. La libertad se abrió ante ellos dulce, enorme, casi inabarcable. Fueron pacientes, constantes y pacíficos ante los últimos zarpazos de la tiranía, y triunfaron: Hosni Mubarak, dictador durante 30 años, dimitió y huyó hacia su mansión de Sharm el Sheij, en el mar Rojo. Con el colofón de que Suiza congeló pocas horas después buena parte de su fortuna, estimada en varios miles de millones de euros.
El Ejército asumió temporalmente el poder, con la promesa de una "transición pacífica" hacia "una sociedad democrática". La caída del rais, celebrada por Estados Unidos y Europa, abre también una nueva etapa en Oriente Próximo. Mientras Israel y Arabia Saudí expresaron su inquietud por el cambio, los islamistas de Gaza, Irán y Líbano lo vieron como una oportunidad.
Tras las revoluciones de Túnez y Egipto, millones de ciudadanos árabes y norteafricanos constataron que podían elegir su propio destino.