La policía evita en Castellón una nueva pelea de gallos

La policía nacional frustró el pasado sábado una multitudinaria pelea de gallos convocada en una antigua alquería abandonada de Castellón. Los agentes irrumpieron en el local, en el que había cerca de 80 personas, incluidas 10 menores de edad, entre dueños de gallos y apostantes, y detuvieron a 15 de ellas, entre las que se encuentran muchos de los que ya fueron arrestados hace un año, durante otra operación por la misma causa también en Castellón.

Según indicaron fuentes policiales, tras aquella primera intervención, los organizadores, acusados de un delito relativo a la protección de ...

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La policía nacional frustró el pasado sábado una multitudinaria pelea de gallos convocada en una antigua alquería abandonada de Castellón. Los agentes irrumpieron en el local, en el que había cerca de 80 personas, incluidas 10 menores de edad, entre dueños de gallos y apostantes, y detuvieron a 15 de ellas, entre las que se encuentran muchos de los que ya fueron arrestados hace un año, durante otra operación por la misma causa también en Castellón.

Según indicaron fuentes policiales, tras aquella primera intervención, los organizadores, acusados de un delito relativo a la protección de la flora, la fauna y los animales domésticos, quedaron en libertad. Ante la imposibilidad de volver a utilizar el anterior recinto, que se encuentra precintado, trasladaron la sede de las peleas fuera de la provincia, pero hace poco volvieron a reagruparse en Castellón al encontrar una alquería abandonada y lo suficientemente alejada de cualquier núcleo urbano como para que las peleas pasaran desapercibidas.

En este lugar, la policía requisó 70 animales e intervino 6.000 euros en efectivo. Allí se había instalado un tentadero con un ring en el centro del recinto. También disponían de un temporizador para los combates y una libreta con las anotaciones de los gallos participantes. Justo en el momento en el que entraron los agentes se estaba realizando uno de los combates.

Como en la anterior operación, los agentes detectaron que a los gallos se les había amputado la cresta y sustituido por espuelas de acero. Además, los gallos eran "dopados" con soluciones inyectables u otras sustancias para estimularles y facilitar su recuperación.

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