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Mucho ruido en el parqué

El Ibex no puede con los 11.000 puntos en una semana plagada de reformas

Más que en el parqué, la semana bursátil se jugó en La Moncloa. Sin mucha actividad corporativa, los inversores movieron sus carteras condicionados por las noticias que lanzaba el Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero. El primer foco de atención fue la nueva vuelta de tuerca a la situación de bancos y cajas. La realidad es tozuda y se ha pasado de sacar pecho por el sistema financiero más saneado del mundo a intentar lograr al menos el título del sistema con las exigencias de capital más elevadas.

La ministra de Economía, Elena Salgado, compareció ante la prensa para comun...

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Más que en el parqué, la semana bursátil se jugó en La Moncloa. Sin mucha actividad corporativa, los inversores movieron sus carteras condicionados por las noticias que lanzaba el Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero. El primer foco de atención fue la nueva vuelta de tuerca a la situación de bancos y cajas. La realidad es tozuda y se ha pasado de sacar pecho por el sistema financiero más saneado del mundo a intentar lograr al menos el título del sistema con las exigencias de capital más elevadas.

La ministra de Economía, Elena Salgado, compareció ante la prensa para comunicar que bancos y cajas necesitan 20.000 millones de euros en su conjunto para estar bien capitalizadas. La entidad que no tenga un 8% de core capital (hasta un 10% en el caso de las cajas) tiene de plazo hasta el próximo mes de septiembre para reforzar su solvencia. Si entonces no han logrado capital entre los inversores privados, el Estado tomará una participación (principalmente en las cajas prevía conversión de éstas en bancos).

Dos días después de este anuncio, La Caixa fue la primera en mover ficha creando CaixaBank para convertirse en un banco cotizado. Esta noticia disparaba la cotización de la pata de La Caixa que ya cotizaba, Criteria, que subió un 24,6% en cinco sesiones. Este rebote, el mayor dentro del Ibex 35, acerca el valor a los 5,25 euros a los que salió a Bolsa en noviembre de 2007, para alegría de los numerosos pequeños accionistas que acudieron a la colocación.

Además de esta nueva reforma del sistema financiero, el Gobierno alcanzaba esta semana un acuerdo con los agentes sociales para modificar el sistema de pensiones. Las medidas estrella son el retraso de la jubilación en dos años, hasta los 67, y la ampliación del periodo de cómputo de 15 años a 25.

En principio, tanto la reestructuración de las cajas como los cambios en las pensiones eran dos de las cosas que exigían los inversores para devolver su confianza al potencial de la economía española. Sin embargo, los dos principales medidores, la Bolsa y la prima de riesgo, no han respondido todo lo bien que era de esperar. El Ibex 35 cayó un 0,75% en la semana (fracasando en su enésimo intento de rebasar los 11.000 puntos), y el diferencial entre el bono español a 10 años y el bono alemán se amplió de 202,61 puntos básicos a 231.

Parece que los inversores han hecho un análisis diferente sobre estas reformas del mensaje optimista deslizado por el Gobierno. Algunos bancos de inversión cifran en mucho más de 20.000 millones el dinero que necesita el sistema financiero, mientras que los expertos recuerdan que los efectos de los cambios de las pensiones en las arcas públicas solo empezarán a notarse a medio y largo plazo.

Por si fueran pocos argumentos para los bajistas, las tensiones políticas en el norte de África (tras Túnez, las protestas han prendido en Egipto) dan fuerza a la escalada en el precio del crudo.

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