Un hotel caracol

A partir del 1 de febrero podrá dormir en ella: estará disponible, desde 155 euros la noche, hasta el 20 de julio en el hotel Molino de Alcuneza, en la provincia de Guadalajara, y del 1 de julio al 31 de diciembre en el hotel Casas do Coro de Marialva, Portugal. Se trata de la nueva Suite Viajera de Rusticae, una habitación de hotel "ecosostenible, portátil, biohabitable y de diseño" creada por el estudio de arquitectos Modulab y la empresa de construcción en madera Egoin, que se pudo ver la semana pasada en Madrid, durante la feria de turismo Fitur.

La iniciativa se debe a Carlota Mate...

A partir del 1 de febrero podrá dormir en ella: estará disponible, desde 155 euros la noche, hasta el 20 de julio en el hotel Molino de Alcuneza, en la provincia de Guadalajara, y del 1 de julio al 31 de diciembre en el hotel Casas do Coro de Marialva, Portugal. Se trata de la nueva Suite Viajera de Rusticae, una habitación de hotel "ecosostenible, portátil, biohabitable y de diseño" creada por el estudio de arquitectos Modulab y la empresa de construcción en madera Egoin, que se pudo ver la semana pasada en Madrid, durante la feria de turismo Fitur.

La iniciativa se debe a Carlota Mateos e Isabel Llorens, fundadoras en 1996 del sello de calidad Rusticae, un hito del turismo rural en España que ya suma 225 hoteles y 114 restaurantes. Se enmarca dentro del proyecto Care For Life de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), un compromiso de buenas prácticas en temas como medio ambiente, turismo familiar y accesibilidad, con el que las empresarias celebran el 15 aniversario de la marca. La Suite Viajera se presenta como una solución de arquitectura modular para la ampliación de hoteles ya existentes sin alterar el ritmo diario (el montaje se realiza en dos días) o para la creación de nuevos establecimientos. Y su diseño bioclimático le permite gastar mucha menos energía que un hotel convencional, según sus creadores. La decoración interior del prototipo, de 36 metros cuadrados, es obra de Tomás Alía, que ha jugado con las texturas naturales y una gama cromática de tonos neutros para sugerir calma y sosiego. El baño aprovecha el agua usada en el lavabo para llenar la cisterna del inodoro, lo que reduce el consumo hasta en un 50%. En los textiles y la lencería de cama también se han empleado materiales reciclados o fabricados con fibras ecológicas.