Carcaño se niega a declarar

Miguel Carcaño se negó ayer a declarar como testigo en el juicio al menor Javier G. El Cuco, acusado de violación y asesinato. Tampoco su hermano Delgado y Samuel Benítez, ambos imputados de encubrimiento, aclararon detalles de la noche del crimen. Solo María García se limitó a decir que "no hubo ni vio nada" en el piso donde supuestamente murió Marta, según explicaron fuentes de la fiscalía. Delgado explicó brevemente que se ratifica en sus anteriores declaraciones policiales y judiciales. "No tiene ni idea de qué pasó esa noche porque estuvo trabajando en su bar", resumió su abogado J...

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Miguel Carcaño se negó ayer a declarar como testigo en el juicio al menor Javier G. El Cuco, acusado de violación y asesinato. Tampoco su hermano Delgado y Samuel Benítez, ambos imputados de encubrimiento, aclararon detalles de la noche del crimen. Solo María García se limitó a decir que "no hubo ni vio nada" en el piso donde supuestamente murió Marta, según explicaron fuentes de la fiscalía. Delgado explicó brevemente que se ratifica en sus anteriores declaraciones policiales y judiciales. "No tiene ni idea de qué pasó esa noche porque estuvo trabajando en su bar", resumió su abogado José Manuel Carrión.

La comparecencia de Carcaño duró una hora y 20 minutos porque el juez leyó sus declaraciones con las cuatro versiones diferentes del crimen y se reprodujo el vídeo de la reconstrucción de los hechos.

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A pesar de la tensión en los alrededores de los juzgados, la mañana transcurría tranquila. Hasta que el abogado José Manuel Carrión, que defiende a Delgado, sufrió una agresión por parte de una treintena de manifestantes que pedían "justicia". Las personas concentradas en los aledaños del juzgado rodearon al letrado y a su compañero de bufete y les agredieron con patadas y golpes, además de lanzarles naranjas. "Siento vergüenza ajena por esas personas que me agredieron. Ha sido vergonzoso", afirmó Carrión.

Ninguno de los policías que presenciaron la agresión intervinieron para detenerla, entre gritos de "asesinos, judas y cabrones" de los manifestantes. Los letrados pudieron librarse finalmente de sus agresores gracias a que se refugiaron en un coche de la Policía Local que pasaba por la calle. El decano del Colegio de Abogados, José Joaquín Gallardo, pidió que se impidan las concentraciones en las inmediaciones de las sedes judiciales.

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