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Los tentáculos dan palmas

Goldman Sachs se aleja de sus competidores tras su acuerdo con Facebook

Los rivales de Goldman Sachs deben de estar dándose cabezazos contra la pared. La inversión de cerca de 2.000 millones de dólares de la empresa para unirse a Facebook es relativamente una minucia desde un punto de vista financiero, pero es un gran triunfo en lo que a franquicias se refiere. Después de los duros reveses que sufrió Goldman Sachs el año pasado, el acuerdo demuestra que la compañía todavía puede ser líder envolviendo con sus tentáculos a un cliente clave en beneficio de ambos.

A pesar de ello, Goldman podría perder dinero con el acuerdo para sus accionistas, sus socios y su...

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Los rivales de Goldman Sachs deben de estar dándose cabezazos contra la pared. La inversión de cerca de 2.000 millones de dólares de la empresa para unirse a Facebook es relativamente una minucia desde un punto de vista financiero, pero es un gran triunfo en lo que a franquicias se refiere. Después de los duros reveses que sufrió Goldman Sachs el año pasado, el acuerdo demuestra que la compañía todavía puede ser líder envolviendo con sus tentáculos a un cliente clave en beneficio de ambos.

A pesar de ello, Goldman podría perder dinero con el acuerdo para sus accionistas, sus socios y sus clientes. Y siguen planteándose preguntas sobre si su plan de invertir 450 millones de dólares de su propio capital junto con 1.500 millones de dólares de otros inversores a través de una única entidad de inversión viola o no el espíritu de las normas de información pública de la Ley del Mercado de Valores. Eso significa que todavía existe la posibilidad de que el destacado acuerdo pudiera fracasar financieramente o en el ámbito de la opinión pública.

Pero correr riesgos calculados es lo que diferencia a Goldman de los competidores normales y corrientes. El esfuerzo por Facebook también supuso unir sus a veces conflictivas tendencias empresariales para obtener una estructura que conviniera a un cliente de máxima prioridad. Es una forma tanto de rechazar a los rivales como de atenuar el riesgo del acuerdo.

El golpe de Goldman empezó seguramente con una relación de inversión bancaria con los ejecutivos de Facebook y su consejo de administración, entre los que se incluían Peter Thiel y Jim Breyer, los primeros partidarios del capital riesgo.

Pero otros bancos pueden hacer eso. Por tanto, se necesitaba algo más: capital. Incluso sin el apoyo de algunos de sus directores financieros, Goldman encontró el dinero. El consejero delegado Lloyd Blankfein recortó una parte del balance general, una jugada atrevida ya que muchos ejecutivos de la banca se encuentran paralizados tratando de entender el impacto de los cambios regulatorios en las inversiones patrimoniales.

Es más, los banqueros de Silicon Valley de Goldman se incorporaron a la división de gestión de patrimonio privado para atraer a los clientes del banco como inversores. Eso no solo genera pagos, sino que permite a Goldman presumir de que alcanza acuerdos con clientes que los otros bancos no pueden igualar. La poderosa red de antiguos empleados de la empresa también desempeñó un papel fundamental. Digital Sky Technologies, un accionista de Facebook que va a invertir al menos 50 millones de dólares más, cuenta entre sus ejecutivos con antiguos socios del banco.

También existen otros tentáculos listos para el futuro. Lo más probable es que Goldman acabe sacando Facebook a Bolsa por una jugosa suma. Y puede que su banca privada consiga hacerse con los fundadores y los empleados cuando eso ocurra. Los bancos como Morgan Stanley y

Credit Suisse deberían estar preguntándose si pueden coordinar sus distintos apéndices con tanto éxito y cómo pueden hacerlo.

Mark Zuckerberg, fundador y primer ejecutivo de Facebook Inc.GETTY IMAGES