"Ni sabía ni me importaba que fuera el inversor"

El promotor inmobiliario Pedro Román (Salamanca, 1942), fue la mano derecha del alcalde marbellí Jesús Gil en los primeros tiempos del gilismo. Por su trato amable en contraste con los exabruptos del regidor, sus adversarios políticos le apodaron la sonrisa del régimen. Durante su estancia en el Consistorio (1991-1998), Román se complementaba a la perfección con Gil, que llegó a prestarle los primeros 100 millones de pesetas que le permitieron adquirir la urbanización Marbella Sierrablanca.

Ayer en el juicio del caso Malaya, Román sostuvo que la incorporación del su...

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El promotor inmobiliario Pedro Román (Salamanca, 1942), fue la mano derecha del alcalde marbellí Jesús Gil en los primeros tiempos del gilismo. Por su trato amable en contraste con los exabruptos del regidor, sus adversarios políticos le apodaron la sonrisa del régimen. Durante su estancia en el Consistorio (1991-1998), Román se complementaba a la perfección con Gil, que llegó a prestarle los primeros 100 millones de pesetas que le permitieron adquirir la urbanización Marbella Sierrablanca.

Ayer en el juicio del caso Malaya, Román sostuvo que la incorporación del supuesto cerebro de la trama, Juan Antonio Roca, al pelotazo urbanístico de Crucero Banús fue casual. Tras hablar con él, por indicación de Jesús Gil, sobre las características urbanísticas de la finca, le preguntó si conocía "alguna sociedad interesada en participar en la operación poniendo un 15%". Según él, Roca le contestó: "Me lo apunto", y al cabo de unos días le llamó diciendo que había una sociedad que quería entrar en el negocio. El inversor era el propio Roca.

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No obstante, Román sostiene que no supo que se trataba del ex asesor urbanístico hasta tiempo después. "Ni sabía ni me importaba si era él, porque para mí el señor Roca tenía todo el respeto". El ex edil tampoco se interesó por otros detalles de una operación que le iba a hacer millonario: "No me preocupé mucho de cómo se constituyó la sociedad suiza que compró los terrenos, lo dejé en manos del señor Hoffmann; tampoco sé quién la constituyó ni tuve que ver en la designación de los titulares".

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