"Es fácil sacar tarjetas a los del Madrid"

Arbeloa cogió por la pechera a Marcelo tras el primer gol del Madrid. Con rabia y alegría bien mezcladas, le aplaudió y gesticuló sin parar, las manos de lado a lado, como si le dijera que esa era la clave, que debían mover más rápido el balón que las piernas. Fue un gol de manual. El espacio a Marcelo se lo regaló Cristiano Ronaldo con un taconazo sensacional y el espacio de Özil se lo cobró él mismo porque nadie le siguió en la carrera. Lass hizo el resto para que el Madrid lograra una victoria sin paliativos que dejó, sin embargo, un amargo sabor de boca a José Mourinho, descontento con la...

Arbeloa cogió por la pechera a Marcelo tras el primer gol del Madrid. Con rabia y alegría bien mezcladas, le aplaudió y gesticuló sin parar, las manos de lado a lado, como si le dijera que esa era la clave, que debían mover más rápido el balón que las piernas. Fue un gol de manual. El espacio a Marcelo se lo regaló Cristiano Ronaldo con un taconazo sensacional y el espacio de Özil se lo cobró él mismo porque nadie le siguió en la carrera. Lass hizo el resto para que el Madrid lograra una victoria sin paliativos que dejó, sin embargo, un amargo sabor de boca a José Mourinho, descontento con la afición española, los periodistas y los árbitros.

El Madrid sufrió cinco amonestaciones, que se traducen en dos sanciones acumulativas para Xabi Alonso y Marcelo frente al Sevilla. "Es muy fácil sacar tarjetas amarillas a los jugadores del Madrid y más difícil, en circunstancias iguales, a otros. Hay otros entrenadores que salen del área técnica y no pasa nada, que limpian de tarjetas a sus futbolistas; hay jugadores que simulan faltas…", enumeró Mourinho sin dar nombres.

Mou insistió: "A mí no me molesta que Marcelo proteste y vea la cartulina. Si Marcelo mira a otros partidos, hace lo mismo. Ya dije que hay un reglamento para Mourinho y otro para el resto. Sucede lo mismo con mis jugadores y los restantes". Enojado, se desató la lengua cuando le preguntaron por Cristiano Ronaldo, silbado en La Romareda en cada ocasión en que tocaba la pelota. "Es un fenómeno difícil de entender porque en la Liga hay muchos jugadores de calidad, pero a él se le trata muy mal. No se protege a quien hace fútbol", convino. Y añadió: "Cristiano pertenece a la Liga, a los aficionados del futbol español. Y cada domingo le ven jugar y dar espectáculo. Hoy, una vez más, ha estado a tope de profesional, de calidad y juego, con un gran gol para su colección". Los silbidos a CR se multiplicaron cuando al inicio del choque hizo falta a Herrera, al que tiró al suelo tras engancharle del hombro. Al señalar el árbitro la falta, el portugués pateó con rabia la pelota contra una valla publicitaria.

También jugó ayer Benzema —Mourinho prescindió del trivote para volver al dibujo de siempre—, pero fue el gato con botas y sin tino porque erró dos ocasiones bien claras, cuando solo le quedaba batir a Leo Franco. "Pensaba que había gente más inteligente para entender mis palabras", corrigió Mou; "el perro y el gato son los sistemas tácticos, no Benzema e Higuaín. El perro es jugar con tres delanteros, con un atacante de referencia. Es la fuerza del Madrid. El gato es un sistema alternativo, el 4-4-2 sin referencia, menos agresivo, más blando. Nosotros siempre queremos jugar con el perro".

Anoche, con el sistema perro, mucho trabajo para el triunfo corrió de parte de Lass. El 10 del Madrid, menos habitual que antes porque Khedira le discute el puesto, rebañó siete balones, encontró a Di María y Özil sin apuros, probó con cuatro disparos y realizó seis faltas, todas tácticas. "Ha sido el mejor, sin duda", aclaró Mourinho; "ha realizado un partido increíble que llega tras buenas actuaciones". Fue su único piropo.