El placer de lo difícil
Lo presentan como su primer álbum basado en canciones desde 2005. ¿Tanto? Alegra saber que ha vuelto el autor de Michigan e Illinoise, discos capitales para entender por qué el folk ha sido el pop de este siglo. Cinco años de proyectos raros (cajas navideñas, álbumes conceptuales sobre el zodiaco o una autopista) le habían vuelto otro excéntrico. Pero se queda a medio camino. Asegura que este no es un álbum conceptual, pero reconoce que está inspirado en el desconocido artista Royal Robertson. Es pop, pero caótico, radicalmente instrumentado, electrónico y tan excesivo que el tem...
Lo presentan como su primer álbum basado en canciones desde 2005. ¿Tanto? Alegra saber que ha vuelto el autor de Michigan e Illinoise, discos capitales para entender por qué el folk ha sido el pop de este siglo. Cinco años de proyectos raros (cajas navideñas, álbumes conceptuales sobre el zodiaco o una autopista) le habían vuelto otro excéntrico. Pero se queda a medio camino. Asegura que este no es un álbum conceptual, pero reconoce que está inspirado en el desconocido artista Royal Robertson. Es pop, pero caótico, radicalmente instrumentado, electrónico y tan excesivo que el tema final dura 25 minutos. Es arriesgado, ambicioso y merece la pena, pero no es precisamente fácil.