La alegría no era esto
El problema del nuevo disco del grupo escocés es que va dando bandazos. B&S eran magníficos cuando su líder, Stuart Murdoch, era un joven amargado, y después, cuando descubrió que el mundo le entendía y fue feliz. Pero esto es casi una parodia. Hasta las fotos del libreto parecen un chiste (si van en serio, la cosa es terrible). No es que no haya momentos asombrosos, o canciones brillantes como I want the world to stop, es que esa imitación del pop psicodélico a lo Zombies que es I'm not living in the real world o la empalagosa colaboración de Norah Jones, por poner solo dos ejem...
El problema del nuevo disco del grupo escocés es que va dando bandazos. B&S eran magníficos cuando su líder, Stuart Murdoch, era un joven amargado, y después, cuando descubrió que el mundo le entendía y fue feliz. Pero esto es casi una parodia. Hasta las fotos del libreto parecen un chiste (si van en serio, la cosa es terrible). No es que no haya momentos asombrosos, o canciones brillantes como I want the world to stop, es que esa imitación del pop psicodélico a lo Zombies que es I'm not living in the real world o la empalagosa colaboración de Norah Jones, por poner solo dos ejemplos, lo manchan todo. Parecen tan seguros de que sus fans van a aceptar todo lo que hagan que se han relajado. Demasiado.