Condenado a 58 años de cárcel el asesino de los gais de Vigo

Jacobo Piñeiro estaba en libertad desde el 13 de julio

Jacobo Piñeiro, autor confeso del asesinato de dos gais en julio de 2006, en Vigo, salió ayer esposado del edificio de los juzgados de esta ciudad hacia la cárcel de A Lama tras escuchar la sentencia que le condena a 58 años de prisión por el doble asesinato y su tentativa de prender fuego a los cadáveres después de asestarles 57 puñaladas. También tendrá que indemnizar a la madre de una de sus víctimas con 400.000 euros.

En el primer juicio, un jurado popular absolvió a Piñeiro, que alegó miedo insuperable a ser violado como móvil de sus crímenes. La sentencia no aprecia ahora circunst...

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Jacobo Piñeiro, autor confeso del asesinato de dos gais en julio de 2006, en Vigo, salió ayer esposado del edificio de los juzgados de esta ciudad hacia la cárcel de A Lama tras escuchar la sentencia que le condena a 58 años de prisión por el doble asesinato y su tentativa de prender fuego a los cadáveres después de asestarles 57 puñaladas. También tendrá que indemnizar a la madre de una de sus víctimas con 400.000 euros.

En el primer juicio, un jurado popular absolvió a Piñeiro, que alegó miedo insuperable a ser violado como móvil de sus crímenes. La sentencia no aprecia ahora circunstancias modificativas de su responsabilidad criminal. "Podemos decir que estamos ante todo un lujo de barbarie, ante una escalofriante, inhumana y atroz agresión, merecedora pues de la máxima sanción", asegura el magistrado en su sentencia, de 60 folios. Piñeiro estaba en libertad desde el 13 de julio por haber cumplido cuatro años de prisión provisional.

El juez no apreció como atenuante el consumo de drogas y alcohol

Una sentencia dura y contundente. El juez de la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra condenó ayer a Jacobo Piñeiro a 58 años de cárcel por dos delitos de asesinato y uno de incendio. El fallo, que puede ser recurrido, establece casi la pena máxima que podría haberse impuesto (60 años en total) por los hechos ocurridos en julio de 2006, con el añadido de que deberá indemnizar a la madre de una de las víctimas con 400.000 euros. El condenado, que desde el 13 de julio estaba en libertad por haber cumplido los cuatro años de prisión provisional, salió del edificio judicial esposado en un furgón de la Guardia Civil en dirección a la cárcel pontevedresa de A Lama.

El accidentado proceso ha dado la vuelta a España. Piñeiro confesó haber matado a dos hombres asestándoles 57 puñaladas porque, dijo, tenía miedo a ser violado por ellos. En el primer juicio celebrado en Vigo, un jurado popular lo absolvió. Se armó tal revuelo que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia ordenó repetir el proceso con otro jurado.

En el fallo, que el titular del juzgado de Instrucción 5 de Vigo, José Carlos Montero Gamarra motiva en 60 folios, califica los crímenes como "todo un lujo de barbarie, una escalofriante, inhumana y atroz agresión, merecedora pues de la máxima sanción". Frente al argumento de la defensa de que Piñeiro "tras dos días consumiendo cocaína y alcohol les atacó preso de un miedo insuperable a ser agredido", la sentencia no aprecia "circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal".

La madre de uno de los fallecidos, Marta Pérez, que ha seguido el segundo juicio desde los pasillos de la Audiencia por su condición de testigo, admitió sentirse "feliz de que por fin se haga justicia". Después de agradecer a los medios de comunicación la atención al caso afirmó: "Hoy [por ayer] se ha logrado todo por lo que tanta gente luchó".

Lo curioso es que, tanto en el primer juicio como en el segundo, los argumentos del fiscal, la acusación particular y la defensa fueron similares, igual que los testimonios de la docena de forenses, policías y amigos de las víctimas que pasaron durante una semana para por la sala de la Audiencia Provincial para prestar declaración. La diferencia estuvo en la formulación de las preguntas que el juez debe hacer al jurado para que consideren o no los hechos probados. Otro matiz estuvo en los propios miembros del jurado. Si en el primer proceso varios se emocionaron al escuchar el alegato final de Piñeiro, que, aun reconociendo los hechos, pidió perdón a su familia, esta vez todos los integrantes del nuevo grupo apreciaron por unanimidad su culpabilidad.

Jacobo Piñeiro, esposado, es conducido a prisión tras escuchar la sentencia.EFE

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