Reportaje:

Cultura en el feudo del ocio

Alicante recupera el viejo claustro de la concatedral de San Nicolás, en plena zona lúdica de la ciudad, como centro cultural

Antes era un foso oscuro, refugio para hacer botellón y mear en la calle una noche de juerga en pleno casco histórico del barrio de Alicante. En el viejo claustro de la concatedral de San Nicolás se acaba de inaugurar un nuevo centro cultural de dos plantas que albergará asociaciones juveniles y dispone de una sala de proyecciones.

La zona, donde proliferan los discobares nocturnos y las viejas fincas, necesitaba dotaciones culturales. El Ayuntamiento, gracias al Fondo Estatal de Inversión Local aprobado por el gobierno de Zapatero, ha construido este edificio de 750 metros cuadrados y ...

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Antes era un foso oscuro, refugio para hacer botellón y mear en la calle una noche de juerga en pleno casco histórico del barrio de Alicante. En el viejo claustro de la concatedral de San Nicolás se acaba de inaugurar un nuevo centro cultural de dos plantas que albergará asociaciones juveniles y dispone de una sala de proyecciones.

La zona, donde proliferan los discobares nocturnos y las viejas fincas, necesitaba dotaciones culturales. El Ayuntamiento, gracias al Fondo Estatal de Inversión Local aprobado por el gobierno de Zapatero, ha construido este edificio de 750 metros cuadrados y dos alturas, cuyo presupuesto supera los 1,2 millones de euros. El resultado ha sido un edificio funcional, luminoso y bastante integrado en el entorno, que ya ha albergado algunas actividades como el Festival del Humor, y que en octubre también será sede de la Muestra Internacional de Cine y Derechos Humanos.

El centro, de dos plantas, ocupa 750 metros cuadrados
Los vecinos, satisfechos con la reconversión del entorno

En la planta superior está los servicios de intermediación social inmobiliaria del Ayuntamiento (Bolsa de Vivienda Joven, Plan Nea y Plan Racha) y en la planta baja hay una sala de proyecciones y otras seis salas denominadas Clau, de autogestión, que se dejarán a asociaciones y grupos para reuniones, debates o ensayos. "También queremos que los vecinos del barrio participen y lo sientan como algo suyo", asegura Mayte Ripoll, responsable de El Claustro.

Agustina Moya, tiene 80 años, los mismos que hace que vive en la calle San Agustín del barrio, "estamos encantados, esto ha ido a mejor", admite esta vecina que, no obstante, se queja de las molestias "cada noche los fines de semana, sobre todo a las cuatro cuando cierran los bares". Fini, que regenta un colmado frente a El Claustro, admite que el cambio ha sido positivo, aunque haya vecinos que no les guste porque les tapa la vista de la cúpula de la iglesia. "Es una maravilla, cada día viene más gente, turistas y sólo hay que ver las terrazas como se ponen cada mañana", admite esta comerciante, que critica no obstante, la idea de la alcaldesa, Sonia Castedo, de peatonalizar por completo el barrio. "Entonces qué hacemos con los coches, cómo descargamos, aquí vive gente mayor que va al médico y necesita que la lleven a la puerta de casa". Distinta es la opinión de Virginia Pérez, del bar Divina, junto delante del nuevo complejo cultural. "Estéticamente ha mejorado mucho, llegan turistas, pese a la crisis, y la gente joven ya no viene solo de noche al barrio", admite Virginia Pérez que aplaude que se prohíba la circulación de coches, aunque residentes y comercios deben poder circular. El barrio está divido entre los detractores de la peatonalización y los que están a favor.

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El Claustro se levanta junto a la concatedral de San Nicolás, en pleno centro de Alicante.JOAQUÍN DE HARO

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