Reportaje:

Una negociación con fondo artístico

La ruptura de la familia con la Diputación alarga las conversaciones sobre el Centro José Guerrero

El regreso de José Guerrero (1914-1991) a Granada en los años ochenta fue como un soplo de aire fresco para una capital marcada por el asesinato de Federico García Lorca. Granada, la ciudad inmortalizada en el mundo por el escritor estadounidense Washington Irving, quedó señalada por un crimen del que abominaron muchas personas en España y el resto del mundo.

La vuelta de Guerrero era, pues, un estímulo para ventilar Granada. Y limpiarla de telarañas y adherirla a las corrientes más novedosas del arte contemporáneo. Su tajante innovación artística se unía a su larga estancia en Nueva Yo...

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El regreso de José Guerrero (1914-1991) a Granada en los años ochenta fue como un soplo de aire fresco para una capital marcada por el asesinato de Federico García Lorca. Granada, la ciudad inmortalizada en el mundo por el escritor estadounidense Washington Irving, quedó señalada por un crimen del que abominaron muchas personas en España y el resto del mundo.

La vuelta de Guerrero era, pues, un estímulo para ventilar Granada. Y limpiarla de telarañas y adherirla a las corrientes más novedosas del arte contemporáneo. Su tajante innovación artística se unía a su larga estancia en Nueva York, donde, a mediados del siglo XX, se imbuyó de los lenguajes pictóricos más rupturistas y se sumergió en las propuestas aventadas por artistas como Rothko, Pollock o Motherwell.

La institución granadina ha gastado 10 millones en el museo
Los descendientes del pintor quieren colaborar con otras instituciones

Guerrero quiso ceder una parte de su legado a Granada. Era consciente de que sus óleos podían servir de acicate a jóvenes artistas deseosos de romper la calma chicha de una Granada aún enquistada en el sesteo provinciano. Durante una década, el Centro José Guerrero, que alberga 40 cuadros y 20 dibujos del pintor, contribuyó a incardinar la ciudad en los mapas del arte contemporáneo. Situado en pleno casco histórico de Granada, el Centro José Guerrero hizo una notable labor de difusión artística.

Sin embargo, todo se fue al traste cuando la Diputación, institución de la que depende el centro, decidió introducirlo en una Fundación Granadina de Arte Contemporáneo. Los hijos del artista, que cedieron sin contrapartidas su patrimonio personal para cumplir la voluntad de su padre, rechazaron en 2009 la idea de la Diputación, que está dirigida por el PSOE e Izquierda Unida.

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Y comenzó, así, un debate que se ha alargado durante meses y en el que, al final, han intervenido otras instituciones, como la Consejería de Cultura y el Ayuntamiento de Granada. Todas las partes -familia e instituciones- quieren que el legado de Guerrero se quede en Granada. Con todo, el pasado viernes, se hizo pública la decisión de la familia de romper con la Diputación de Granada. La familia anunció en una carta que "tiene intención de compartir el proyecto con otras instituciones". Los descendientes del artista apuestan, así, por que otras instituciones, como la Consejería de Cultura o el Ayuntamiento de Granada, colaboren en el mantenimiento de un recinto museístico que funciona desde 2000.

La Diputación ofreció a la familia del pintor que la institución provincial tuviera "en torno al 50%" de representación en una futura fundación destinada a preservar el legado de Guerrero. Fue su última oferta en una carta fechada el pasado 14 de septiembre. Anteriormente, la Diputación hizo una propuesta similar, pero teniendo una representación del 51%.

El Centro José Guerrero le ha costado 10 millones de euros a la Diputación a lo largo de su década de existencia. En esos 10 millones de euros están incluidos la compra del edificio, la intervención para acondicionarlo y el coste anual de su sostenimiento, según señala la Diputación. El presupuesto para 2010 del centro se eleva a 992.592 euros.

La familia del pintor -su hijo, José Antonio, y el viudo de su hija- recalca en su misiva que "no considera oportuna la reapertura de conversaciones con la Diputación para la constitución conjunta de una Fundación José Guerrero". La familia prefiere "explorar" las alternativas de otras instituciones, que "se han acercado" para mostrar su interés. En concreto, la Consejería de Cultura y el Ayuntamiento de Granada.

El consejero de Cultura, el socialista Paulino Plata, sostiene que quiere contribuir a llegar a una solución para que la obra de Guerrero no salga de Granada. "La Consejería de Cultura va a involucrarse en el asunto para llegar a una solución", comenta una fuente de esta institución. El Ayuntamiento, dirigido por el PP, ha ofrecido tres salas del Centro Manuel de Falla para acoger las obras del artista.

José Antonio Guerrero, hijo del pintor granadino y profesor universitario en EE UU, recalca el deseo de la familia de cumplir la voluntad de su padre. "Sigo siendo optimista y creo que vamos a llegar a un acuerdo para que las obras de mi padre continúen en Granada", afirma José Antonio Guerrero.

Los dos hijos del pintor, José Antonio y Lisa, fallecida a finales de 2009, lucharon desde el comienzo de la andadura del Centro José Guerrero en 2000 para que este recinto no fuera un espacio cerrado, circunscrito a la obra del pintor. La familia Guerrero siempre ha defendido que el centro se abriera a las corrientes artísticas más novedosas y a la educación de los artistas jóvenes.

"Me gustaría que se formara una institución fuerte e independiente de intereses políticos para continuar con la programación de arte contemporáneo de nuevos artistas. Quiero que el Centro José Guerrero sea una institución viva para Granada y para España y que tenga también una repercusión internacional", dice el hijo del pintor.

El Centro José Guerrero ha cumplido una década de vida y la polémica sobre su continuidad en Granada dura más de un año. Todas las partes quieren que los 40 cuadros se queden en la capital. Nadie perdonaría en la ciudad que los óleos de un pintor granadino que accedió a los circuitos internacionales del arte salieran fuera del lugar donde nació y donde quiso dejar su semilla artística.

Un vanguardista granadino

- El artista granadino José Guerrero (1914-1991) es uno de los nombres de referencia de la abstracción. Su obra figura en las grandes colecciones mundiales del arte contemporáneo. Guerrero fue un pintor y grabador que obtuvo la nacionalidad estadounidense. En ese país desarrolló una carrera que le permitió entrar en el circuito internacional del arte.

- José Guerrero cursó sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Granada. Posteriormente, se fue a Madrid para estudiar en la Academia de San Fernando. En esos primeros años de aprendizaje, la pintura de Guerrero era figurativa. En 1945, estaba ya en París, la considerada capital cultural de Europa. Fue en la ciudad francesa donde contactó con las corrientes de la vanguardia europea. Guerrero se sumergió a fondo en su estancia parisina en las técnicas de artistas españoles como Pablo Picasso o Juan Gris, a los que estudió y admiró.

- Su inquietud artística le llevó a cruzar el charco en 1950 en dirección a Nueva York, la ciudad que empezaba, a mediados de siglo XX, a convertirse en polo de referencia del arte contemporáneo. En EE UU su carrera artística enfiló por los campos de la abstracción. Guerrero formó parte de la Escuela de Nueva York. La influencia de pintores como Rothko o Motherwell se hizo patente en su obra, marcada por la energía de su apuesta cromática.

- Guerrero jamás perdió el contacto con su tierra natal. En los años sesenta viajó a España varias veces. Participó en la creación del Museo de Cuenca, una de las grandes apuestas españolas por el arte contemporáneo. Tras su muerte en 1991, Granada conserva una parte significativa de su legado.

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