Columna

Ni contigo ni sin ti ¿Sueldazos?

Seamos sinceros, que es verano: ser el que menos cobra de la mesa es algo muy molesto. Así empiezan las guerras de cuñados. Los políticos se tragan ese sapo casi cada día. Comen con ejecutivos de grandes empresas, algunos cercanos a la política, y se comparan.

Hay ejemplos. Eduardo Zaplana, al saltar a la empresa privada, multiplicó por 10 su sueldo. Juan Costa, al volver a la política, lo dividió por 20. ¿Eran más o menos listos antes o después? No, eran los mismos. ¿La política se queda corta o las empresas se pasan?

"A muchos les colocamos nosotros, y ahora van de galli...

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Seamos sinceros, que es verano: ser el que menos cobra de la mesa es algo muy molesto. Así empiezan las guerras de cuñados. Los políticos se tragan ese sapo casi cada día. Comen con ejecutivos de grandes empresas, algunos cercanos a la política, y se comparan.

Hay ejemplos. Eduardo Zaplana, al saltar a la empresa privada, multiplicó por 10 su sueldo. Juan Costa, al volver a la política, lo dividió por 20. ¿Eran más o menos listos antes o después? No, eran los mismos. ¿La política se queda corta o las empresas se pasan?

"A muchos les colocamos nosotros, y ahora van de gallitos, están con Zapatero y nos miran por encima del hombro, como si fuéramos una pobre gente", se lamenta uno del PP. Muchos grandes ejecutivos fueron aupados por Aznar en los noventa y allí siguen.

No les va nada mal. En 2009, mientras los políticos -y muchos trabajadores- se congelaban o bajaban los sueldos, los 584 jefazos del Ibex 35 cobraron (¡como media!) 989.000 euros, 11 veces más que el presidente del Gobierno. Ya, pero él tiene casi todos los gastos pagados, dicen algunos. Sí, y la mayoría de los ejecutivos también.

Tenemos a los banqueros mejor pagados de Europa y a los políticos peor remunerados. No sé si es razonable, teniendo en cuenta que los bancos suelen pedir ayuda a la política. Y que la envidia es muy mala y está muy extendida.

Hay pocos trabajos en los que el jefe cobre 10 veces menos que sus subordinados. Le pasa a José Blanco con algunos controladores aéreos. Más comparaciones odiosas, esta del gremio: los ministros cobran menos que la mayoría de los tertulianos que les critican.

Los 80.000 euros brutos de Blanco a muchos les parecerán un sueldazo. En un país con un salario medio por debajo de los 30.000, lo es. Pero ¿y si pensamos que maneja un presupuesto de 18.400 millones de euros en inversiones?

Claro que hay chollos. Muchos. Pero lejos del Gobierno. Sobre todo en los partidos, siempre opacos. Cuanto menos poder tienen -y menos control- más cobran. El presidente del Congreso, un cargo institucional, gana el doble que Zapatero. Mariano Rajoy anda por ahí. Aun así, dice su gente, es menos de lo que ganaría como registrador de la propiedad en Santa Pola, su plaza.

Aunque no les gusta hablar de dinero, en privado los políticos acaban admitiendo que a veces les invade la envidia.

Lo peor es que muchos sueñan con dejarlo para hacer como los demás y forrarse en empresas privadas. Y claro, así es más difícil ser neutral cuando uno de esos ejecutivos millonarios, entre el postre y el puro, decide pedirte un favorcito.

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