Reportaje:

Alonso se queda a medio camino

La rapidez de Red Bull, la competitividad de McLaren y los errores del español y de Ferrari condenan a un tándem que hace unos meses parecía predestinado a la victoria

El pasado domingo, en Silverstone, ni Fernando Alonso ni Felipe Massa, los dos pilotos de Ferrari, se clasificaron entre los diez primeros, una circunstancia que hizo que, por primera vez en lo que va de curso, la marca de los bólidos de il cavallino rampante volviera a su cuartel general, en Maranello, sin ningún punto que llevarse a la boca. Nada más bajarse del F10, Alonso trató de explicar los motivos que le llevaron a terminar el 14º. Es evidente que la penalización que recibió por saltarse una variante al adelantar a Robert Kubica y que le obligó a realizar una pasada por los tall...

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El pasado domingo, en Silverstone, ni Fernando Alonso ni Felipe Massa, los dos pilotos de Ferrari, se clasificaron entre los diez primeros, una circunstancia que hizo que, por primera vez en lo que va de curso, la marca de los bólidos de il cavallino rampante volviera a su cuartel general, en Maranello, sin ningún punto que llevarse a la boca. Nada más bajarse del F10, Alonso trató de explicar los motivos que le llevaron a terminar el 14º. Es evidente que la penalización que recibió por saltarse una variante al adelantar a Robert Kubica y que le obligó a realizar una pasada por los talleres tuvo una incidencia decisiva. Aunque hay otro argumento utilizado por el español que hace referencia al calamitoso arranque que hizo, que chirría un poco.

Cuando ya solo faltan nueve pruebas, el español está a 47 puntos del liderato
Di Montezemolo: "Es inútil llorar, somos Ferrari y tenemos que demostrarlo"

Alonso ocupó la tercera posición en la parrilla de salida, justo al lado de Lewis Hamilton. Cuando los semáforos se apagaron, el asturiano vio cómo cuatro bólidos que formaban a su espalda se le echaban al cuello y le superaban irremediablemente. Su F10 se quedó clavado, un problema que trató de explicar después, aunque fuera de forma poco convincente: "Tuvimos problemas con el embrague durante todo el fin de semana. No pudimos terminar la tercera sesión de ensayos libres, y estaba previsto que en ella realizáramos otras dos salidas. Además, íbamos con un poco de retraso en el programa de arrancadas y eso nos costó unas posiciones".

La versión de Alonso no deja de sorprender si uno tiene en cuenta que aún tenía una sesión por delante, aunque fuera la de clasificación, para que la Scudería pudiera llevar a cabo un procedimiento que tiene una incidencia tan determinante en una carrera. "Si es verdad que les ocurrió eso, tendrían que haber buscado la fórmula de encontrar un hueco para calibrar el embrague a lo largo de la clasificación. La salida es demasiado importante en la fórmula 1 como para cometer un fallo como ése. Si realmente hubiera ocurrido eso, podría considerarse un fallo tremendo por parte del equipo", asegura Joan Villadelprat. "Es inútil llorar. Somos Ferrari y es hora de demostrarlo con hechos, a través de los resultados en la pista. Hemos pasado por momentos mejores y peores que este, pero está claro que no debemos perder más oportunidades", dijo ayer Luca Cordero di Montezemolo, presidente de Ferrari.

En Gran Bretaña, el Mundial cruzó su ecuador, y por más cierta que sea la causa que esgrime Ferrari para tratar de justificar la mala salida de Alonso en Silverstone, la llegada del español a la estructura italiana no ha concretado las expectativas que generó su fichaje. La operación llegó a verse como un rescate a dos bandas, tanto para el corredor como para el equipo, porque ambos venían de pasar por una etapa de penurias. El bicampeón del mundo (2005 y 2006) se subió por primera vez a uno de los prototipos rojos en el circuito de Cheste, en Valencia, el miércoles del pasado mes de febrero, y en solo dos horas logró el mejor tiempo de los tres últimos días. La victoria que arañó en Bahrein, la cita inaugural, al beneficiarse de la avería que tuvo el Red Bull de Vettel, hizo que el optimismo de los ferraristas se disparara aún más. Sin embargo, ésa ha sido hasta ahora su única victoria al volante del F10. La rapidez que han exhibido los Red Bull y la competitividad que distingue a McLaren, unidas a una serie de errores del propio Alonso y de su equipo (en Australia pisó la pintura blanca y patinó en la salida, en China se adelantó y en Mónaco no pudo participar en la clasificación debido a un accidente) y a la intervención de los comisarios, han hecho que, llegados a medio camino, ese tándem que en su día levantó tanto revuelo haya perdido efervescencia y figure el quinto en la clasificación, por detrás de los dos McLaren y los dos Red Bull, a 47 puntos del liderato, casi dos pruebas, cuando ya solo faltan nueve.

Alonso observa su coche durante el Gran Premio de Gran Bretaña.AP

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