MI MUNDIAL | MARÍA PAGÉS. Bailaora | SUDÁFRICA 2010 | La otra mirada

"Las piernas de Maradona volando sobre la hierba"

He crecido al lado del estadio Sánchez Pizjuán, en Sevilla, con cuatro hermanos varones donde primaba el fútbol sobre cualquier otro juego. Pero la primera imagen que me viene a la cabeza del Mundial es la de Maradona con su camiseta albiceleste y sus piernas poderosas volando sobre la hierba. Era el Mundial de 1986 y pensé: "Este hombre es un artista". Más allá de esta observación mía, millones de personas lo aclamaban salvando sus diferencias.

Lo sabemos, el fútbol es capaz de congregar a millones de personas y ponernos de acuerdo, gritar al unísono, llevar una misma bandera... Ahí es...

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He crecido al lado del estadio Sánchez Pizjuán, en Sevilla, con cuatro hermanos varones donde primaba el fútbol sobre cualquier otro juego. Pero la primera imagen que me viene a la cabeza del Mundial es la de Maradona con su camiseta albiceleste y sus piernas poderosas volando sobre la hierba. Era el Mundial de 1986 y pensé: "Este hombre es un artista". Más allá de esta observación mía, millones de personas lo aclamaban salvando sus diferencias.

Lo sabemos, el fútbol es capaz de congregar a millones de personas y ponernos de acuerdo, gritar al unísono, llevar una misma bandera... Ahí está su poderío. Habría que pensar que si somos capaces de ponernos de acuerdo en esta dimensión aparentemente simple, donde el objetivo radica en meter un balón entre tres palos, deberíamos ser capaces de lograrlo también en cosas que son extremamente importantes para el ser humano como son la supervivencia y la paz. Al fin y al cabo, nuestro mundo también es único y redondo y todos deberíamos estar tan pendientes de él como lo estamos del balón del Mundial.

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