A Coruña se rinde ante el 'Giove in Arco' del Festival Mozart
Giove in Arco, el último evento programado por Paolo Pinamonti como director del Festival Mozart de A Coruña, alcanzó el pasado sábado en el Teatro Colón un rotundo éxito. Se trata de un pasticcio (ópera formada por fragmentos, incluso ajenos, procedentes de obras anteriores) creado por Haendel en 1739. La gran ovación de la primera parte se convirtió tras la segunda en una fuerte y prolongada aclamación, que obligó a los protagonistas a salir al escenario a saludar en repetidas ocasiones y a volver a interpretar el coro Vivere e non amare. A la salida, varios aficionados ...
Giove in Arco, el último evento programado por Paolo Pinamonti como director del Festival Mozart de A Coruña, alcanzó el pasado sábado en el Teatro Colón un rotundo éxito. Se trata de un pasticcio (ópera formada por fragmentos, incluso ajenos, procedentes de obras anteriores) creado por Haendel en 1739. La gran ovación de la primera parte se convirtió tras la segunda en una fuerte y prolongada aclamación, que obligó a los protagonistas a salir al escenario a saludar en repetidas ocasiones y a volver a interpretar el coro Vivere e non amare. A la salida, varios aficionados se acercaron a agradecer a Pinamonti sus años de trabajo en A Coruña.
Il Complesso Barocco, dirigido por Alan Curtis, tocó pleno de rigor estilístico y color instrumental. El concierto fue respetuosamente escuchado como tal, sin esas interrupciones por aplausos tras cada aria, cada vez más frecuentes en conciertos de ópera barroca, que llegan a convertirlos en una especie de concurso pirotécnico de habilidades de los protagonistas que altera el sentido conjunto de la dirección musical.
Entre los miembros de Il Complesso Barocco destacó Ann Hallenberg por técnica vocal, belleza de voz y presencia escénica. El resto (Karina Gauvin, Theodora Baka, Anicio Zorzi, Vito Priante y Johannes Weisser) rayó a muy alto nivel. Reforzados por Maria Luisa Martorana y Carlo Messeri, todos empastaron bien como coro, especialmente en sus dos ejecuciones del Vivere e non amare.