El Cuarteto Infeld cierra el ciclo del Festival Mozart en la Academia

El ciclo del Festival Mozart en la Real Academia de Belas Artes se cerró el pasado jueves con un concierto del Cuarteto Infeld, formado por Virginia González (violín), Luigi Mazzucato (viola), Gabriel Tanasescu (chelo) y Rubén Alvar (piano). Infeld muestra una excelente coordinación, especialmente entre el trío de arcos comandado por González, y apuesta por la búsqueda y difusión de obras poco frecuentadas. En el concierto presentó dos apenas conocidas: el Cuarteto con piano nº 1 en do menor de Friedrich Kuhlau y el Cuarteto en la menor de Théodore Dubois.

Escritas ambas ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El ciclo del Festival Mozart en la Real Academia de Belas Artes se cerró el pasado jueves con un concierto del Cuarteto Infeld, formado por Virginia González (violín), Luigi Mazzucato (viola), Gabriel Tanasescu (chelo) y Rubén Alvar (piano). Infeld muestra una excelente coordinación, especialmente entre el trío de arcos comandado por González, y apuesta por la búsqueda y difusión de obras poco frecuentadas. En el concierto presentó dos apenas conocidas: el Cuarteto con piano nº 1 en do menor de Friedrich Kuhlau y el Cuarteto en la menor de Théodore Dubois.

Escritas ambas con impecable corrección y oficio, la de Kuhlau se inscribe en un clasicismo salpicado aquí y allá por momentos de amable inspiración, que el Cuarteto Infeld supo buscar y encontrar en los ensayos y resaltar acertadamente en el concierto. En su versión destacaron el diálogo entre el trío de arcos del adagio, iniciado por la viola y secundado por violín y chelo, el sereno final de éste y la fuga conclusiva de su allegro final, su riqueza de timbres y una notable claridad de voces.

Con un brillante inicio y un cierto toque de humor en el allegro agitato inicial de la obra de Dubois, Infeld mostró claramente el siglo de diferencia entre su autor y Kuhlau. La placidez del andante, nacida del chelo de Tanasescu y elegantemente exaltada por violín y viola, culminó en la creciente emotividad de un larguísimo y precioso crescendo del violín de González. El allegro con fuoco final estuvo tocado de gracia expresiva.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En