Instrumentos de época reviven a Mozart y Haydn en A Coruña

Mozart y Haydn sonaron el domingo en el teatro Colón de A Coruña como cuando estaban vivos. La orquesta canadiense de instrumentos antiguos Tafelmusik, especializada en los períodos barroco y clásico, fue dirigida por Bruno Weil y durante la primera parte contó con la colaboración de Ronald Brautigam. El teclista holandés tocó al pianoforte la parte de clave de la obertura de la ópera Idomeneo de Mozart. Bajo la dirección de Weil, la pieza tuvo todo el clima propio de la ópera seria del genio de Salzburgo, con una bien sazonada expresión de música teatral.

Para sorpresa de quiene...

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Mozart y Haydn sonaron el domingo en el teatro Colón de A Coruña como cuando estaban vivos. La orquesta canadiense de instrumentos antiguos Tafelmusik, especializada en los períodos barroco y clásico, fue dirigida por Bruno Weil y durante la primera parte contó con la colaboración de Ronald Brautigam. El teclista holandés tocó al pianoforte la parte de clave de la obertura de la ópera Idomeneo de Mozart. Bajo la dirección de Weil, la pieza tuvo todo el clima propio de la ópera seria del genio de Salzburgo, con una bien sazonada expresión de música teatral.

Para sorpresa de quienes conocían bien ambas obras y desconcierto de quienes no, solista, orquesta y director atacaron sin solución alguna de continuidad, como si fueran dos movimientos sucesivos de una pieza así diseñada, los primeros compases del Concierto para piano número 20 en re menor, el catalogado como K 466. Desde su inicio, el timbre de los instrumentos y el estilo de la interpretación transportaron al auditorio a la Viena de hace 225 años, cuando Mozart lo estrenó. Brautigam resaltó el carácter dramático de los movimientos extremos, luciendo especialmente en sus cadenzas y en la romanza central.

Weil y Tafelmusik hicieron una gran versión de la Sinfonía nº 101, El reloj, de Haydn, que tuvo todos los ingredientes que se le pueden pedir a esta obra maestra. Tempos ligeros sin contrastes exagerados, claridad, precisión, fraseo, excelentes solos de flauta, solemnidad y, siempre presente, el sentido del humor único e irrepetible de su autor.

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